Tipos de Cerámica según Petrie

domingo, 8 de febrero de 2009


Este blog es solamente una parte de un proyecto más amplio al que podéis acceder a través de este enlace Periodo Predinástico Egipcio


Antes de comenzar a hablar de las diferentes clases de cerámica de Petrie incluiré un enlace que os llevará a un lugar donde se habla, creo que con bastante detalle, del "Vienna System", un sistema de clasificación de cerámica del Antiguo Egipto elaborado por un grupo de expertos en la ciudad de Viena en el año 1980 y que puede ser de gran utilidad para clasificar todo tipo de cerámica que se descubra tanto en Egipto como en las zonas adyacentes en las que se hayan descubierto restos de aquella civilización, el enlace es el siguiente: Sistema Viena.


Y ahora sí, vamos a ver los nueve tipos cerámicos en base a los cuales elaboró Petrie su sistema de las Sequence Dates:

1) Black Topped Red Pottery o Cerámica Roja de Borde Negro (B-ware) (Petrie y Quibell, 1896: Láminas XVIII a XXI; Petrie, 1921: Láminas I a VIII):

La característica distintiva del tipo cerámico Black-Topped Red Pottery es su color rojo pero con una banda, un área ennegrecida alrededor del borde y que se extiende, más o menos, sobre parte de la superficie de la pared del recipiente. En el caso de formas abiertas, como cuencos poco profundos, el interior aparece también ennegrecido de forma, parece ser, intencionada. Se trata de una cerámica hecha enteramente a mano, sin el uso del torno (desconocido en aquellos momentos, al menos en aquel lugar) y, como podría esperarse de una serie de objetos cerámicos hechos a mano, no hay dos elementos que tengan exactamente la misma forma y, por lo tanto, los dibujos incluidos en el "Corpus" de Petrie no agotan todas las posibilidades ya que no incluyen aquellas variedades menores (Petrie, 1896: 12). En muy pocos casos los recipientes aparecen llenos de algún tipo de sustancia y debían haber sido colocados vacíos, los que mostraban signos de haber contenido algo en la parte inferior, en la base del recipiente, podría ser consecuencia, probablemente, de haber sido situados sobre la arena. Se han encontrado pocos soportes para la cerámica (si fueron usados habitualmente, debieron ser fabricados de madera y, por lo tanto, se han perdido). Ver Láminas de la I a la VIII del Corpus de Petrie (Petrie, 1921) en el siguiente enlace: Láminas Black Topped Red Pottery.

Este tipo cerámico fue encontrado en grandes cantidades y en diferentes variedades de formas, más que cualquier otra clase. Temporalmente se extiende por los periodos Amratiense (o Nagada I), Gerzeense (o Nagada II) pero su presencia decae bastante al final del predinástico. Cuando Petrie la descubrió, finales del siglo XIX, se trataba de la cerámica más antigua descubierta.

El material, o "fabric", base sobre la que están hechos los recipientes de esta clase, es la arcilla arenosa y micácea de fino grano que proporciona el barro o limo del Nilo, atemperado con tanto material como llevara esta arena de la orilla del Nilo (Petrie, 1901: 13). La mayoría de los vasos Black-Topped están compuestos de ese limo del Nilo bien "levigado" (levigar o desleír = disolver y de unir las partes de algunos cuerpos por medio de un líquido). En una etapa posterior del periodo predinástico, la receta de la pasta para estos vasos de la Clase B se hace más fluída (Friedman, 1994). Ha sido observada también cerámica Black-Topped hecha de sedimentos no levigados o no desleídos, o de limos fuertemente atemperados con paja (Payne, 1993: 93-95). Petrie afirma que se trata de una cerámica blanda y quebradiza (Petrie, 1901: 13) y que el exterior está alisado o suavizado con una capa de "hematite", ya que terrones des este material fueron encontrados en las tumbas (hematite = mineral de hierro oxidado, rojo o pardo y que por su dureza sirve para bruñir metales) o con una capa de ocre quemado. El pulido se efectuaba de arriba hacia abajo.

Todo parece indicar que, tanto el material o "fabric", como el tratamientode la superficia de la cerámica Black-Topped, es el mismo que para la cerámica Polished Red cuyas características veremos a continuación. La diferencia estaría en el método de cocción, mientras que en la Polished Red Pottery se consigue mediante algún sistema, evitar el contacto del recipiente con la ceniza o las ascuas, en la Black-Topped, una parte del recipiente estaba en contacto con esas ascuas dando lugar a la aparición de la franja negra que que pasaría a convertirse en una modificación adicional e intencionada, la cual, dependiendo del método usado para ennegrecer la superficie, puede ser o no, un paso secundario dentro del proceso de cocción (Friedman, 1994).

Para Vandier (Vandier, 1952: 299), los colores rojo y negro aparecen por una diferencia de oxidación, el negro es el resultado de una oxidación incompleta del hierro contenido en el ocre rojo o en el hematite que se aplicaba antes de la cocción sobre la superficie. Para cocer el vaso se colocaba del revés, boca abajo sobre las cenizas o ascuas, como consecuencia se ennegrecía el interior y la parte exterior del borde. De similar opinión es Mª Amparo Arroyo de la Fuente (Arroyo de la Fuente, M. Amparo: "Las Culturas Prehistóricas en Egipto, página 10 -documento en formato "pdf", dentro de www.liceus.com) cuando dice: "Esta tipología deriva de las formas badarienses aunque se consiguieron trazas más esbeltas y de un color rojo más oscuro, gracias a la práctica de un método de cocción oxidante. El borde oscuro, por su parte, se lograba mediante un método reductor".

Vandier (Vandier, 1952: 301) nos dice que Lucas (Lucas, A. 1932: 93-96), después de hacer pruebas en el laboratorio demostró que los vasos de borde negro no eran formas degeneradas de los vasos rojos pulidos sino que constituían su desarrollo.

Petrie en su obra Diospolis Parva (1901) nos habla más acerca de la forma de cocción de estos vasos, con la boca hacia abajo en el fuego cuyas cenizas o rescoldos formaban una "cama base" de un par de pulgadas de profundidad, alrededor de 5,8 cm. ya que de esa forma se desoxidaban los hematites alrededor de la boca del recipiente. Es más, en los buenos ejemplos, nos dice Petrie que el hematite no sólo es reducido a óxido magnético negro sino que el color negro ofrece un nivel más alto de pulido, como el que puede verse en los vasos griegos, muy posteriores (Petrie, 1901: 13)

La cerámica era porosa, no era auténtico vidrio (Petrie, 1896: 12), los bordes de los fragmentos rotos muestrasn que el color negro traspasaba la superficie del materia (fabric) no quedando confinado o limitados solamente a dicha superficie.

Según Vandier (Vandier, 1952: 299) los vasos de borde negro son característicos de la civilización nagadiense del Alto Egipto y para él es incontestable que fueron fabricados por primera vez en el Sur del país.

Esta clase cerámica es encontrada en grandes cantidades y se extiende sobre las primeras etapas del periodo Nagada, desapareciendo al final. Los tipos más antiguos de esta cerámica son aparentemente las forma de jarra, copa o bol, perteneciente como he explicado en otro lugar, a la Sequence Date 30. Son encontrados en una serie de tumbas dentro de un pequeño cemeneterio en una colina cerca de Abadiya, esas tumbas eran pequeños agujeros lo suficientemente grandes como para contener un cuerpo contraido y entre 30 y 50 cm. de profundidad, con cuerpos retorcidos, cabeza hacia el sur y envueltos en pieles de animales. En el momento en el que Petrie las descubrió eran las tumbas conocidas más antiguas. En estas tumbas sólo aparecen unos pocos ejemplos de este tipo cerámico y después se generalizan en tumbas posteriores.

Formas características: La clase cerámica Black-Topped presenta una gran variedad de formas a lo largo de las ocho láminas en las que Petrie nos las presenta en su "Corpus" (Petrie, 1921: Láminas I a VIII). Desde formas troncocónicas, más anchas por la parte superior o con una cierta forma de tonel en la S.D. 30, como primeras formas, hasta los cuencos poco profundos más parecidos a platos de la lámina I y lámina II (parte superior de ambas láminas). Formas troncocónicas cortas y formas más cercanas al cilindro que al cono. Con boca acampanada (22w), con extremos inferiores puntiagudos (24c), formas ovoides (44m), en forma de ánfora con los hombros anchos y estrechándose hacia el extremo inferior (38a), grandes recipientes elípticos (56 ó 57a), copas con pies claramente marcados (73 ó 73i), o con asas visibles (77m), las botellas con cuello bien definido son raras, pero las hay (92a, 94a); recipientes carenados (88a, 88h). También aparecen formas extrañas sin utilidad clara, como un recipiente con dos bocas tubulares. Los pequeños recipientes en forma de bol y potes de forma ovoide son las formas más comunes. Estos frecipiente de boca ancha son rojos por fuera y negros pulidos por dentro (Petrie, 1896: 12). En muchos ejemplos se observa perfectamente que el pulido debió haber sido aplicado verticalmente, de arriba hacia abajo. En general, de formas cilíndricas y copas abiertas pasan a varios tipos de platos, jarras y botellas de cuello estrecho más raras, que aparecen durante la primera mitad del periodo Nagada.

Como el sistema de clasificación de Petrie está basado en la apariencia del recipiente, no son observadas ni tenidas en cuenta las distinciones del material o la "fabric" del que están hechas.

Las fotografías muestran unos ejemplos del tipo cerámico Black-Topped Red Pottery.

2) Polished Red Potterry o Cerámica Roja Pulida (P-ware) (Petrie y Quibell, 1896: Láminas XXII a XXIV; Petrie, 1921: Láminas IX a XIV).

Para Petrie (Petrie, 1901) la característica distintiva es el color rojo uniforme sobre todo el recipiente, fruto quizás de un avance que consistió en sujetar la cerámica sobre las brasas del fuego, de manera que, no estando el recipiente en contacto con las ascuas, no aparecieran las franjas negras características del tipo Black-Topped. Posiblemente este borde negro fuera visto al principio como un defecto que, sin embargo, sería tratado después como un ornamento, tal y como sucede con muchos defectos de manufactura, que con el tiempo se convierten en familiares y pasan a ser imitadas de forma deliberada. Es de señalar que el propio Petrie (Petrie y Quibell, 1896: 12) dice en referencia a este tipo cerámico: "Red Polished pottery, la siguiente gran clase, la cerámica roja pulida es idéntica en carácter con la última -Red and Black pottery-, pero sin los parches negros. Y el acabado es, a menudo, un poco mejor."

Rene Friedman (1994) dice que, en general, esta clase es idéntica, en cuanto al material (fabric) y tratamiento básico de la superficie, a la cerámica Black-Topped. Afirma Friedman, haciendo referencia a Petrie, que la características distintiva de esta clase cerámica fue el baño de ocre rojo (red ocherous) que era, o bien bruñido con un guijarro o bien pulido como la clase B-ware.

No obstante lo anterior fue T.E. Peet (Peet, 1914) el primero en apuntar la variedad de formas incluida en esta clase cerámica. En efecto, de los recipientes asignados a esta clase por Petrie no todos ofrecen el mismo color rojo, es más, aparentemente no están hechos de un tipo de material (fabric) semejante.

Más aun, en el caso de cuencos o tazones (boles) el área que fue cubierta con el baño o capa varía desde la total cobertura del recipiente hasta la que Junker (1919: 68-70), llamaba "half polishing", por ejemplo cuando solamente estaba cubierto por el baño de ocre rojo el interior del cuenco y justo solamente la parte exterior del borde, con o sin pulido posteror. Estas variaciones tienen un significado cronológico, particularmente en el Predinástico Tardío, manteniendo la confusión de muchos expertos acerca de los motivos que condujeron a Petrie a clasificar estos recipientes de esa manera (Friedman, 1994).

Según Kantor, parece ser que muchos de los recipientes denominados por Junker "half polished", fueron relegados a la clase Late, L-ware, por Petrie (Kantor, 1952).

Esta distinción en cuanto al baño rojo ha sido destacada también por su significado cronológico por otros expertos como Reisner (1934: 347) o Junker (1919). Esta distinción de color, evidentemente, no puede ser expresada adecuadamente dentro del sistema de Petrie.
Los materiales o "fabric" con los que están hechos los recipientes de la clase P-ware son, en general, los mismos que para la clase B-ware, es decir, la arcilla arenosa y micácea de fino grano que proporciona el limo del Nilo, atemperado con tanto material como llevara esta arena de la orilla del Nilo. Por no repetir de nuevo lo dicho anteriormente, me remito a lo expresado mientras hablábamos de la clase cerámica anterior.

Según Amparo Arroyo (Arroyo de la Fuente: "Las Culturas Prehistóricas en Egipto") "Si bien las formas no difieren mucho de las anteriores -refiriéndose a la clase cerámica B- la cocción se desarrollaba exclusivamente en un ambiente oxidante, consiguiendo con ello una tonalidad roja pulida de gran belleza"

Vandier afirma (1952: 299) que cuando se quería obtener un recipiente más fino que los de la clase Black-Topped, el trabajo era más largo. En primer lugar se daba forma a la arcilla, tal y como sucedía con los vasos de la clase precedente, pero en este caso una arcilla generalmente más fina. cuando el vaso era modelado, y antes de que la arcilla estuviera completamente seca, se aplicaba sobre toda la superficie un baño de ocre rojo o de hematite. Esta operación se hacía, tal y como sucedía con el moldeado, a mano. Después el ceramista pulía toda la superficie exterior con un guijarro de cuarzo, cuando la arcilla estaba completamente seca se cocía el vaso en fuego rojo. A veces, en lugar de pulir el recipiente, el artesano se conformaba con alisar la arcilla con la mano antes de la cocción.

La mejora relativa de las técnicas de elaboración permite la realización de formas más cerradas, como botellas y ánforas (Arroyo de la Fuente). La diversidad de formas y de dimensiones de esta clase es quizás la más rica entre las diversas clases cerámicas de Petrie (Vandier, 1952: 299). Además, según Friedman (1994:94), esta clase cerámica tiene más formas todavía de las descritas inicialmente por Petrie. Tanto esta tipología como la anterior (la Black-Topped), evolucionan hasta desembocar en una variedad de formas de gran complejidad.

La forma más antigua del tipo Polished Red es el pequeño platillo o cazuela abierta por ejemplo la P17 (Petrie, 1921: Lámina IX; Petrie, 1901: Lámina XIII y Petrie y Quibell, 1896: Lámina XXII). En el Amratiense se encuentran principalmente tazones o cazos de fondo redondeado, copas de fondo plano y paredes acampanadas, como las formas P7G, P18P, P18Y, P1B ó P21B, y, sobre todo, vasos vágamente cilíndricos, los únicos que desaparecerán en el Gerzeense, como los ejemplos P63, P65A, P64G, P65C ó P68B. Las formas más comunes son el cuenco -P23-, la jarra con forma de barril -P40-, el recipiente en forma de botella o matraz -P57a ó P57b- y los pequeños vasos -P93 a P95. Los sencillos recipientes rojos rápidamente se hacen populares, un tercio de los tipos conocidos aparecen entre las Sequence Dates 32 y 36. Las formas del Polished Red difieren, sin embargo, de las Black Topped entre otras cosas, en un pequeño detalle, el labio del borde está generalmente vuelto hacia afuera en la clase B-ware, mientras que está vuelto hacia dentro en la clase P-ware.

Mientras que el cilindro era la forma que se presentaba como más numerosa en la clase B-ware, es la jarra esferoide, con un marcado borde, la que se hace más común entre los tipos de la clase P-ware. Las botellas de cuello estrecho existen en las dos épocas pero son más alargadas en el Amratiense. Se encuentran igualmente, pero sobre todo en el Gerzeense, vasos en forma de barrilete, vasos con paredes acampanadas, casi rectilíneas, que se redondean al nivel del hombro. Vasos globulares, ovoides y esféricos, todos con el fondo plano y, por fin, algunos vasos con asas tubulares imitando recipientes de piedra dura - por ejemplo muestras P80, P80K ó P80P (Petrie, 1921: Lámina XIII). Algunos vasos tienen una decoración incisa (Petrie, 1921: Lámina X, muestras P33D ó P26S ó Lámina XIII ejemplares P76 a P78 y P80P) Se han encontrado también , de forma excepcional, copas con una boquilla o pico cilíndrico (Petrie, 1921: Lámina IX, ejemplar número 20).

La clase Red Polished llegó hasta más tarde que la clase Black-Topped, la mayoría de los tipos B-ware acaban sobre las SD 50 mientras que la mayoría de lso tipos P-ware no acaban hasta la SD 60 (Petrie, 1901:14). Los más finos ejemplares de esta clase, sigue diciendo Petrie, son las notables jarras esferoides, como la P40A (Petrie, 1921: Lámina XI) que a menudo mantienen una amplia gama de colores, variando de un rojo púrpura a un naranja oscuro, de acuerdo o dependiendo del aire en el horno. A partir de algunas de estas tintas, a alguna de estas jarras se las comenzo a denominar como "jarras de ciruela".

3) Fancy Pottery o Cerámica de Fantasía (F-ware) (Petrie y Quibell, 1896: Láminas XXV a XXVII; Petrie, 1921: Láminas XV a XIX).

Entre los distintos tipos de cerámica predinástica hallada por Petrie, aparecen una serie de vasos con formas extrañas, pertenencientes por algunas de sus características a los tipos Black Topped o Polished Red, pero que no pueden ser clasificados , siempre según Petrie, dentro de las clases cerámicas ordinarias (Petrie, 1901: láminas frontal, II y XIV; Petrie yQuibell, 1896: láminas XXV a XXVII y Petrie, 1921: láminas XV a XVIII). Esta clase reúne diferentes categorías de vasos que, perteneciendo por determinadas características a otras clases, se diferencian, sea por su forma, sea por algún detalle. Más que una verdadera clase cerámíca podríamos denominarla siguiendo a Vandier (1952) el "Corpus de casos excepcionales", en efecto, esta clase Fancy Forms pudo perfectamente ser usada por Petrie como una especie de comodín, una clase donde colocar todos aquellos recipientes cerámicos que no tuvieran cabida, de forma nítida, en cualquiera de las otras clases cerámicas. La decoración y otras características de alguna de las formas Fancy hicieron que Petrie las colocase en otras clases cerámicas o incluso, aparentemente, en una doble lista (por ejemplo las formas contenidas en Petrie, 1921: láminas XXII, XXXVII y LI) en las que aparecen vasos que debieran estar, según los criterios aparentemente seguidos por Petrie para la creación de la F-ware, incluídos dentro de esta clase cerámica (ver Kantor, 1946 y Amiran, 1992). Petrie denominó a esta clase "Formas de Fantasía" (Fancy Forms) y él la creó para contener formas no concéntricas (cuencos, platos o jarras ovales, recipientes lenticulares, vasos zoomorfos, imitaciones de vasos de piedra, jarras con "pitorro" (vertedor o escanciador), que eran encontrados al lado de la cerámica regular del mismo color. colocando allí, un poco arbitrariamente, recipientes extremadamente diversos cuando algunos tipos, especialmente los vasos zoomorfos y los vasos negros pulidos habrían merecido, en opinión de Vandier, estar en un grupo aparte. Según afirma Renée Friedman (1994) la F-ware también servía para identificar posibles vasos importados con diámetros redondos, los cuales estaban decorados con una especie de tiradores o bultos, pies o pedestales, así como cerámica enteramente Black Polished de forma convencional (Payne, 1993: 95-96). El tipo cerámico al que se refiere Friedman, que está incluido por Petrie en la F-ware pero que es una cerámica enteramente Black Polished, está hecho, generalmente, del mismo material que las clases P-ware y B-ware. pero cocida enteramente negra. Las formas, como veremos un poco más en profundidad más adelante, parecen ser imitaciones de vasos de piedra. Sin embargo esta clase, la F-ware, también incluye pequeñas copas de un tipo cerámico que parece piedra, ennegrecido pero cuidadosamente alisado (Petrie, 1896: lámina XXVII formas 96 a 98 -ver imagen a la derecha de estas líneas-), el significado de los cuales permanece desconocido.

La mayoría de los ejemplos de esta clase aparecen entre las S.D. 31 y 50 y solamente un tercio de los tipos continuan apareciendo posteriormente, los ejemplos más representativos de la F-ware pertenencen, por lo tanto, a la época más temprana del predinástico.

Hay vasos que también aparecen ennegrecidos, pero en estos casos es como consecuencia del hollín acumulado con el uso o por los contenidos (post-depositional), es el caso, por ejemplo de la forma F91G y también vasos hechos con una variedad de materiales (fabric) no necesariamente de color negro.

La clase F-ware (véanse a la derecha dibujos de vasos de la Clase F obtenidos de Vandier, 1954: pág. 304) para la que aconsejo visitar el enlace con las láminas XV a XVIII del Corpus de Petrie de 1921 (Petrie, 1921: láminas XV a XVIII) comprende cierto número de copas bastante análogas a aquellas que han sido mencionadas dentro de otras Clases cerámicas. Algunas tienen el borde cóncavo o convexo (formas 11g o 12c, lámina XV), otras son asimétricas (forma 17, lámina XV), otras reposan sobre un pie cónico (formas 19 ó 35, lám. XV) o sobre cuatro pies (formas 24a o 24k, lám. XV). Encontramos también copas en las que aparecen dos salientes o apéndices cerca del borde que, evidentemente servian como asas (forma 5a y 5b, lámina XV). Otros vasos que Petrie ha colocado en esta Clase F-ware no son demasiado característicos, por ejemplo los vasos globulares de fondo redondeado (formas 32a, 32b, 32c, 32d o 32l, lámina XVI); el vaso número 30 tiene el fondo plano; o los vasos que tienen el aspecto de esferas aplastadas (lámina XVI, 34b); o los que tienen forma de bolsa (34a, lám. XVI). Los recipientes dobles (ver figura superior derecha y enlace a láminas de Petrie, lámina XVI, formas 39b, 39c, 39d, 39g y39l ) son bastante numerosos. Unos se presentan bajo la forma de dos vasos cilíndricos unidos por la base en los que, los cilindros, tienen una sección más o menos ancha y están más o menos separados uno del otro. En lugar de dos cilindros también aparecen recipientes con cuello bajo, paredes convexas y fondo plano (forma 40, lámina XVII). Las paredes internas de estos vasos dobles, en lugar de confundirse en un solo recipiente, están, en algunos casos , simplemente unidas por un elemento horizontal que se encuentra aproximadamente en el centro de la panza (lám. XVII, formas 43a, 43b y 44). También nos encontramos con dos recipientes en forma de bolsa unidos por una abertura común, presentando un cuello recto o ligeramente cóncavo bastante corto las más de las veces (lám. XVII, 42a y 42b). Las bolsas pueden, igualmente, estar unidas ya sea por el borde (lám. XVII, 45f, 45m) ya sea por el fondo (lám XVII, 46a, 46d, 46g o 46k) en este último caso las bolsas pueden estar bastante alejadas una de la otra.

Otro tipo de recipiente es el formado por dos o tres "panzas" superpuestas una sobre otra. La panza más ancha esta casi siempre en la parte inferior (lám. XVII, todas las formas 51 , todas las 53, 52d y 52g). La forma 52 constituye una excepción). El bulto o panza superior apenas está destacado en algunas ocasiones (lám. XVII, 50) pero generalmente suele estar marcado de forma nítida. Estos vasos son alargados y bastante altos y acaban en un labio liberamente desbordante (formas 51b o 52d de la lámina XVII).

Petrie incluye en la clase F-ware, una serie de vasos negros pulidos, ráramente atestados en el Alto Egipto, que eran imitaciones "baratas" de vasos de piedra, sobre todo de los de basalto.

Los diferentes tipos que acabo de ennumerar se remontan, en gran parte, al periodo Amratiense, pero algunos han sobrevivido, especialmente los vasos dobles, durante el Gerzeense. Podrían pertenecer a las clases B-ware, P-ware y C-ware del Amratiense y a la clase D-ware para el Gerzeense (lo que quiere decir que también los hay decorados), sin embargo Petrie decidió crear una clase independiente en su sistema de clasificación de la cerámica.

Quedan por explicar, muy someramente, dos categorías muy importantes dentro de la clase Fancy, se trata de los vasos que Vandier denomina (Vandier, 1954: 305) "Vases a Déversoir", es decir, vasos con una especie de "rebosadero", "vertedero" o "aliviadero", que, bajo mi punto de vista, podían servir para verter el líquido que contuviera el recipiente, a modo de "pitorro" o "pitón"de un típico botijo o porrón español, más que para evitar que el liquido rebosase por los bordes del mismo. También resta analizar con un poco más de detalle los recipientes zoomorfos, también comunes dentro de la F-ware.

Vasos con "Rebosadero":

Los vasos más antiguos de este tipo fueron encontrados por Junker en Merimde Beni Salame. Durante toda la primera época de Nagada, el rebosadero o aliviadero es desconocido, no aparece de nuevo hasta el Gerzeense y relativamente tarde dentro de este periodo.

Estos vasos son generalmente ovoides (ver Petrie, 1921: lámina XVIII, formas 58a, 58b o 58j por ejemplo, en el enlace correspondiente y dibujo obtenido de Vandier,1952: página 306) , con un fondo plano muy estrecho. Estos recipientes tienen un cuello bajo terminado en un borde plano.

El rebosadero o vertedero sale del "hombro" de los recipientes y muy cerca de nacimiento del cuello. Es generalmente una prolongación del recipiente cilíndrica con una curva convexa en la parte alta y cóncava en la parte baja. Sólo en casos excepcionales el aliviadero es recto o casi recto. Muy ráramente es horizontal. Con frecuencia el rebosadero alcanza la altura del borde plano o "boca" del recipiente (formas 58a o 58r, lámina XVIII citada) e incluso llegan a sobrepasarlo en altura. Como excepción a la forma ovoide se encuentr una forma más "aplastada" cuyo fondo es más largo que en los otros csos y que recuerda a la forma de las tradicionales teteras (formas 58r o 58s de lámina XVIII citada).

No puedo dejar la Clase Fancy de Petrie sin hablar de los recipientes "zoomorfos" que han sido encontrados en gran número a lo largo del Valle del Nilo ya desde épocas prehistóricas aunque de forma esporádica (Vandier:1952). Representan diferentes animales aunque los recipientes más numerosos son los que representan pájaros y peces (Petrie, 1921: Lámina XVIII, figuras de 68a a 68p y de 69a a 69t).

4) White Cross-Lined Pottery Cerámica de Líneas Blancas Cruzadas (C-ware) (Petrie y Quibell, 1896: Láminas XXVIII y XXIX; Petrie, 1921: Láminas XX a XXV)

Inmediatamente después de la aparición de la cerámica Polished Red (Roja Pulida o P-ware), nos encontramos con este tipo cerámico que presenta una ornamentación de líneas blancas cruzadas, formando varios tipos de diseños (ver Petrie 1896: Láminas XXVII y XXIX; Petrie 1901: Láminas Frontal y XIV y Petrie, 1921: Láminas XX a XXV).

Una de las características más destacadas de la C-ware es su brevedad temporal, limitándose exclusivamente al periodo Amratiense, entre las S.D. 30 y 31, aproximadamente una octava parte de la duración estimada del tipo "Polished Red".

Los diseños de los dibujos parecen copiados de los trabajos de cestería y los recipientes más tempranos son cuencos con círculos en el centro y altas jarras con líneas en forma de "galones" como los que llevan los uniformes militares. Los últimos en aparecer son también cuencos abiertos, pero esta vez con sus centros pintados de blanco.

Según Petrie, este tipo cerámico estaría conectado de alguna forma con la cerámica "Kabyle", hecha a mano, roja y con líneas blancas que es de idénticos colores y diseños. Parece pués, siempre según el propio Petrie, que este tipo cerámico podría haber sido introducido por colonos libios y su uso se habría perdido al iniciarse la nueva civilización que estaba creciendo dentro de los límites Valle del Nilo y a la que ya se apuntaba desde el Amratiense.

Se trata, en definitiva, de una clase compuesta por recipientes cerámicos Polished Red y, ocasionalmente, Black Topped (cuencos, jarras, cubetas, etc.) que fueron decorados con pintura blanca para producir diseños geométricos o figuras que Renée Friedman (Friedman, 1994: 96) denomina "White on Red".

Petrie (1896:13) añade que, algunos recipientes cerámicos ordinarios y sin pulir estaban también decorados con diseños de líneas blancas. Las líneas blancas se hacían con yeso y su trazo era muy grueso.

El nombre de esta clase cerámica fue adoptado por Petrie como consecuencia del característico "sombreado cruzado" (Cross-Hatching), utilizado como relleno, especialmente en diseños zoomorfos. Sin embargo este nombre, White Cross-Lined o simplemente Cross-Lined, ha sido criticado por su inexactitud. Se ha sugerido que "White on Red" podía haber sido un nombre más apropiado y descriptivo (Peet, 1933:62).

De entre toda la documentación que he podido encontrar sobre las Clases Cerámicas de Petrie, es Vandier con mucha diferencia, el que más se extiende en el estudio de la cerámica White Cross-Lined, dedicándole un capítulo completo (Vandier, 1952: Tomo I, Capítulo III, páginas 261 a 297), 36 páginas, toda una suerte poder disfrutar de información tan exhaustiva y que trataré de resumir a continuación, centrándome en lo que yo espero sea lo más importante para que la C-ware quede suficientemente analizada en estas líneas.

Vandier comienza, al igual que hemos visto que lo hace Renée Friedman, criticando el nombre que Petrie dio a esta clase cerámica, "Cross-Lined Pottery". Se trata de una cerámica en la que la decoración se compone de líneas que se cortan y se cruzan, sin embargo ese motivo decorativo no es el único aunque sea reproducido con frecuencia y, sobre todo, no es el más importante de los que aparecen en esta clase. Los vasos rojos con decoración blanca pertenecen exclusivamente al Amratiense o primera civilización de Nagada como dice Vandier.

Una de las formas más apreciadas por los ceramistas a los que les debemos los vasos rojos con decoración blanca, son las copas, de las cuales podemos ver la forma en la figura a la izquierda (Vandier, 1952: Página 262, Fig. 165). Se puede apreciar en esta categoria toda una serie de variedades: copas hemisféricas, boles de fondo plano, mas o menos anchos y de paredes unas veces convexas, otras rectilíneas o acampanadas y otras veces de paredes cóncavas (Petrie, 1921: Lámina XXI). Las paredes son más o menos altas y los bordes pueden ser rectos o desbordantes, cuando sucede esto último puede originarse un doble movimiento en la curva de las paredes, ligeramente convexas o rectas cerca del fondo y cóncavas cerca del borde. Puede suceder que la parte desbordante del borde forma un ángulo obtuso con las paredes y que se pase de la línea curva a la línea recta. Las copas con pie (Petrie, 1921: Lámina XXII) son relativamente raras. A veces el pie es cónico y bastante corto, soportando una copa hemisférica. En otras ocasiones el pie es cilíndrico y notablemente más alto, sosteniendo una copa en forma de embudo y, por último, la copa, generalmente bastante ancha, reposa sobre cuatro pies bastante separados unos de otros (Petrie, 1921: Lámina XXIII), aparece algún ejemplo en el que los pies están más cerca unos de otros y soportan una copa menos ancha pero más alta.

Aparecen también algunos recipientes "carenados", como los de la figura a la derecha (Vandier, 1952: página 263, Fig. 166 y 167), que recuerdan a ciertos ejemplares característicos del Badariense. El vaso número 62, parte superior derecha (Petrie, 1921: lámina XXIII, figura nº 62) tiene el fondo plano y las paredes convexas, destacando por la presencia de un asa o tirador. Al lado de estas copas se encuentran grandes vasos (Petrie, 1921: lámina XXIV) y en la parte derecha de la figura 167 de Vandier, de fondo generalmente plano, un cuerpo más o menos panzudo y un cuello más o menos acampanado. Algunos vasos son dobles e incluso triples, especie de tuberías cilíndricas bastante separadas unas de otros y reunidos por la base (Petrie, 1921: lámina XXIV).

Estos vasos son interesantes, evidentemente, por su decoración. El color rojo es obtenido según Scharff (1926) y segün Frankfort (1924) mediante un tratamiento a base de hematites (La hematita, hematites u oligisto es un mineral compuesto de óxido férrico (Fe2O3) y constituye una importante mena de hierro ya que en estado puro contiene el 70% de este metal. Sus propiedades especiales son las siguientas: es un mineral industrial, pigmento, para la extracción de hierro o como agente para pulidos. Su etimología deriva de la palabra griega "Haimatites" que significa sangre, en alusión al color del mineral. Estos datos han sido obtenidos de Wikipedia y de la página web http://www.uned.es/cristamine/fichas/hematites/hematites.htm, donde el que lo desee puede ampliarlos). En cuanto al aspecto técnico la decoración está aplicada siguiendo dos métodos diferentes: El primero consiste en utilizar una pintura o una pasta blanca que se extiende con un instrumento con su extremo agudo, de manera que aparecen líneas finas y nítidas. El segundo sistema consiste en utilizar una pintura o una pasta amarillenta que se extiende con un instrumento de extremo más ancho, de manera que se obtienen trazos más espesos y más pastosos o "hinchados". El priemr método está atestado, sobre todo, en yacimientos del Alto Egipto como Dióspolis Parva, Nagada, etc. El segundo aparece principalmente, en la región de Abidos. Para Vandier no es necesario dividir esta Clase Cerámica en dos sub-grupos según la técnica empleada en su decoración blanca.

Aunque algunos arqueólogos (como Petrie, tal y como hemos visto más arriba) mantienen que la decoración blanca, especialmente la compuesta por figuras geométricas, tiende a imitar los trabajos de cestería, Vandier, por el contrario, afirma que el "préstamo" no parece evidente y que sólo puede aceptarse esa teoría con reservas (Vandier, 1952: página 264). Los mismos expertos, continúa diciendo Vandier, aprecian ciertas analogías entre la decoración de estos vasos y la que presentan las cerámicas fabricadas en la actualidad (hemos de tener en cuenta que Vandier habla en 1952) por los habitantes de Kabilia (región montañosa del noreste de Argelia que se extiende a orillas del mar Mediterráneo, al este de la ciudad de Argel y de la llanura de Mitiya). Esta relación si bien no es admitida por Scharff (Sharff, 1928), no le parece tan descabellada a Vandier. En todo caso, sigue diciendo Vandier, los egipcios modernos (1952) en la región de Ermant, fabrican vasos cuya decoración recuerda a los vasos prehistóricos con decoración blanca.

A partir de aquí, Vandier divide los ejemplares de la clase C-ware en cinco sub-grupos:

1.-Vasos con decoración geométrica.

Los principales motivos geométricos son los siguientes: triángulos, rombos, líneas paralelas, líneas onduladas, zigzags, estrellas, espigas o espinas, cuadriculados, líneas de puntos y cadenas. Lo más frecuente es que el ceramista recurra a ingeniosas combinaciones de cualquiera de estos motivos, por ello encontrar cualquiera de ellos de forma aislada es relativamente raro (para este subgrupo y para todos los demás, ver láminas XX a XXV del Corpus de Petrie de 1921 y figura a la derecha de estas líneas, que se corresponde con la Figura 168-169 de la página 265 y Figura 170, abajo a la izquierda, de la página 266 de Vandier, 1952).
Los triángulos están dispuestos generalmente alrededor del borde, con la punta hacia el interior. Algunos de los ejemplos más notables son los siguientes:

- Figura 15 de la lámina XX del Corpus de Petrie (Petrie, 1921) con los triángulos rellenos de pintura blanca.
- Figura 10L de la lámina XX del mismo Corpus cerámico, cuyos triángulos están rellenos de espigas dibujadas en color blanco.
- Figura 4S en la misma lámina, en la que los triángulos están rellenos de pequeños puntos con la peculiaridad de que los triángulos están divididos en dos zonas separadas por una banda adornada con espigas pintadas en blanco.
- Figura 13S de la misma lámina XX del Corpus, en la que aparecen una serie de líneas paralelas al borde y paralelas también entre ellas.
- Figuras 20D y20L de la lámina XXI del Corpus de Petrie, en las que el relleno de los triángulos está formado por un diseño de líneas formando pequeñas cuadrículas.

Una sucesión ininterumpida de triángulos forma una estrella y el número de brazos o puntas de esas estrellas (que permanecen de color rojo) depende del número de triángulos. Los ejemplos más dignos de mención son los siguientes:

- Figura 10N de la lámina XX del Corpus, en la que aparece una pequeña estrella dentro de otra más grande siendo, además, un ejemplo de estrella de cuatro brazos.
- Figura 12H, lámina XX del Corpus, en la que el fondo está formado por dos círculos concéntricos, estando vacías las superficies que delimitan. De forma parecida es la Figura 12D, en la misma lámina, pero con cuatro círculos concentricos con rellenos, entre los dos interiores y los dos exteriores, con un diseño de líneas rectas, no paralelas entre cada una de las parejas de círculos que forman una especie de diseño parecido a las rayas de las cebras, por buscar una posible comparación.
- Figura 11, lámina XX, en la que el fondo está relleno con líneas formando una cuadrícula o, como en el caso de las figuras 8 y 10L, por un diseño en forma de espiga.
- Figura 13M, lámina XX, que presenta una estrella de 8 puntas.
- Figuras 27N y 29, lámina XXI del Corpus de Petrie, en la que los triángulos están, todos o parte de ellos, separados por una serie de líneas paralelas.
- Figura 27, lámina XXI, en el que la serie de triángulos está, de forma excepcional, interrumpida, parece ser por falta de espacio para conseguir un último triángulo.

La decoración geométrica es, en ocasiones, más irregular y, como consecuencia, más difícil de describir. A menudo da la impresión de que el ceramista hubiera dividido la copa en cuatro partes, aproximadamente iguales, y hubiera diseñado diferentes motivos para cada una de ellas. Dado que su descripción, como he dicho, es complicada y alargaría en exceso el espacio dedicado a esta clase cerámica, me limitaré a citar las figuras y la lámina donde se pueden encontrar, más que nada por aquello de que "una imagen vale más que mil palabras" y todas las figuras se pueden ver con suficiente detalle en las Láminas XX a XXV del Corpus Cerámico de Petrie de 1921.

- Figura 32, lámina XXII del Corpus.
- Figuras 32N, lámina XXII del Corpus.
- Figura 33H, lámina XXII del Corpus.

Algunos vasos presentan tres o cuatro triángulos separados por diversos motivos geométricos:

- Figura 35, lámina XXII del Corpus.
- Figura 36D, lámina XXII del Corpus.
- Figura 36H, lámina XXII del Corpus.

Por último, dignos de mención por sus especiales características son los siguientes diseños:

- Figura 44E, lámina XXI del Corpus.
- Figura 44N, lámina XXII.
- Figura 47, lámina XXII, muy interesante y particular para mi gusto.
- Figuras 52, 53 y 54 de la lámina XXIII del Corpus, con diseños en forma de zigzags (el 54 alternándolas con espigas).
- Figura 55, lámina XXIII, espigas alternándose con una especie de "margaritas".
- Figura 70E, lámina XXIII, decorada con una especie de diseño en forma de "espinas" o esqueletos de pescado.
- Figuras 61, lámina XXIII, pequeño vaso carenado que presenta un diseño cuadriculado que se asemeja a una red.
- Figura 74, lámina XXIII, decorado con tres bandas horizontales rellenas de líneas verticales paralelas.
- Figura 74R, lámina XXIII, decorado con series verticales de rombos unidos por sus puntas.

En definitiva, que existe una variedad tal que resulta imposible entrar en el detalle de este tipo de decoración, prueba indiscutible de que los ceramistas del Amratiense o Nagada I, ya tenían un sentido de la decoración bastante avanzado.

2.-Vasos con Decoración Floral, acompañada o no de motivos geométricos.

La decoración floral o vegetal es relativamente más rara,  no obstante, tras estudiar este tipo de decoración, Petrie ha podido distinguir once especies diferentes de plantas (figura abajo a la derecha, obtenida de Vandier, 1952: página 267, figura 171, Motivos florales de los vasos de la Clase C). He de señalar que, en este caso de los diseños "florales", Vandier no sólo hace referencia al Coprus de Petrie de 1921, sino que también cita láminas de otras obras de Petrie, entre otras las que aparecen en el libro de Petrie "Prehistoric Egypt" (Petrie, 1920: láminas X a XVIII) y que podéis ver en el enlace que os acabo de señalar en color azul.

Petrie ha distinguido once especies diferentes de especies vegetales (figura 171 de Vandier, 1952: 267):

  1. Un tallo con grupos de ramas que se separan en forma de V (Petrie, 1920: lámina XV, figura 15). Petrie supone que se trata , si no en todos los casos, al menos muy frecuentemente, de una palma.
  2. Un tallo no identificado, cuyas ramas, espaciadas regularmente, se curvan hacia el exterior (Petrie, 1920: lámina XVII, figura 67).
  3. Un tallo que no está identificado y cuyas ramas, regularmente espaciadas, se separan primero en forma de V para después volver a caer formando un ángulo agudo con los brazos de la V. Cada grupo de dos ramas diseña aproximadamente una M (Petrie, 1920: lámina XV, figura 59).
  4. Una rama con hojas anchas que se curvan hacia el exterior (Randall-Maciver y Mace, 1902: Lámina XV, figura 21).
  5. Una rama cuyas hojas forman bucles dando como resultado un diseño de semi-círculos burdos o groseros (Petrie, 1920: lámina XV, figuras 54 y 55) y que Petrie identifica como la especie "peplis portula".
  6. Un tallo cuyas ramas se curvan hacia el interior (Petrie, 1920: lámina XV, figura 53).
  7. Una flor cuyos elementos han sido estilizados hasta tal punto que el conjunto hace pensar en un motivo geométrico (Petrie, 1921: lámina XXII, figura 45).
  8. Una rama de hojas romboidales que van por parejas (Petrie, 1920: lámina XV, figura 58). Petrie piensa que se trata de "lawsonia alba", alheña (arbusto de la familia de las Oleáceas, de unos dos metros de altura, ramoso, con hojas casi persistentes, opuestas, aovadas, lisas y lustrosas; flores pequeñas, blancas y olorosas, en racimos terminales, y por frutos bayas negras, redondas y del tamaño de un guisante) o reseda (planta herbácea anual, de la familia de las Resedáceas, con tallos ramosos de uno a dos decímetros de altura, hojas alternas, enteras o partidas en tres gajos, y flores amarillentas. Es originaria de Egipto, y por su olor agradable se cultiva en los jardines).
  9. Un árbol cuyas ramas llevan hojas estrechas, parecidas a las de la acacia (Petrie, 1920: lámina XV, figura 59).
  10. Una planta con flores en forma de campanillas (Petrie, 1920: lámina XV, figura 51).
  11. Matas de hierba o de cañas (Petrie, 1920: lámina XVII, figura 68).
Ejemplos de cómo aparecen los motivos vegetales en la época amratiense, podemos verlos en la figura 172 (Vandier, 1952: 269 -abajo a la izquierda).

La copa 36H (Petrie, 1921: lámina XXII), decorada con cuatro triángulos rellenos con cuadrículas, separados, dos de ellos, por motivos vegetales (clases 3 y 9 de la lista de Petrie que acabo que exponer).
La copa 41 (Petrie, 1921: lámina XXII), con cinco triángulos y un rectángulo,rellenos de cadrículas. Aparecen adornos en forma de ramas (clase 1 de Petrie).
La copa 42D (Petrie, 1921: lámina XXII), dividida en cuatro zonas por dos ramas estrechas decoradas con espigas que se cruzan en X. Cada una de las cuatro zonas que se forman está decorada con dos ramas simples (clase 1).
La copa 42H en la que se encuentran las mismas ramas alternando con grupos de cuatro trazos paralelos (Petrie, 1921: lámina XXII).
La copa 42S, adornada con dos pequeñas piezas, casi rectangulares, formando una especie de red y con cuatro plantas vegetales (clase 6 de Petrie).
El vaso 45 (Petrie, 1921: lámina XXII) con un bello efecto decorativo, tiene una composición bastante complicada (ver figura nº 171 de Vandier, 1952: página 267, que aparece un poco más arriba, sobre estas líneas).
La copa 50 (Petrie, 1921: lámina XXIII) tiene ocho ramas simples (clase 1 de Petrie), dispuestas en forma de estrella alrededor del fondo, formando su unica decoración.
El vaso 53 (Petrie, 1921: lámina XXIII) está decorado con registros verticales ocupados, unos por espigas y otros por ramas simples de la clase 1.
Vaso 63H sobre el que encontramos motivos vegetales de la clase 3 de Petrie (Petrie 1920: lámina 57 y Petrie, 1921: lámina XXIII) al lado de espigas sobre este vaso carenado.
Vaso 69 (Petrie, 1921: lámina XXIII) en el que el ramaje simple, clase 1 de Petrie, se alterna con triángulos.
Las copas de cuatro pies 72B y 72H (Petrie, 1921: lámina XXIII) están decorados con ramas que pertenecerían a la clase 5 de Petrie, "peplis portula".
Por último la copa con pie, 72N (Petrie, 1921: lámina XXIII), donde las flores en forma de campanillas alternan con grupos de tres trazos paralelos estriados horizontalmente.

3.-Vasos decorados con animales pero sin figuras humanas.

La decoración de los vasos White Cross-Lined, a medida que se hace más compleja, se hace también más interesante. La presencia de animales sobre los vasos Amratienses no tiene solamente un interés estético sino que nos permite conocer la fauna egipcia en aquella época aunque, lógicamente, no aparezcan todas las especies animales ni sea siempre posible identificar claramente la especie representada. Desde el primer momento se reconocen el hipopótamo y el cocodrilo, que son los animales que los amratienses reproducen con más frecuencia. El asno, el escorpión, la tortuga de agua y ciertos peces, cuyas representaciones son raras pero aparecen con gran exactitud. Otros animales como el toro salvaje, las vacas, los muflones (ver fotografia a la izquierda), el ibex (fotografía a la derecha) o el oryx (ver fotografía abajo a la izquierda), si bien su estilización no es siempre la mejor sí que son fácilmente reconcocibles gracias a las curvas características de sus cuernos. Los perros están representados con un estilo más descuidado. Además se pueden citar: el lagarto, el elefante, la jirafa, y, con más vacilación, el meloncillo (mamífero carnicero nocturno, del mismo género que la mangosta, de unos cuatro decímetros de longitud desde el hocico hasta el arranque de la cola, que es tan larga como el cuerpo, con cabeza redonda y hocico saliente, orejas pequeñas, cuerpo rechoncho, patas cortas, dedos bien separados y con uñas grandes), el jabalí, , el chacal o la cabra. La lista es más larga pero hay animales poco numerosos y diseñados de forma que apenas son reconocibles.

Los vasos decorados con animales no son raros, citaré, siguiendo a Vandier, algunos de los más relevantes:

Recipiente número 91 (en la figura a la derecha, procedente deVandier, 1952: pág. 271, fig. 173 y en Petrie, 1921: lámina XXV), se trata de uno de los recipientes dobles que se compone de dos vasos cilíndricos unidos por la base que Petrie, salvo excepciones como la presente, ha colocado en su clase F-ware, en él aparecen un oryx, un muflón y, alrededor, otros animales más pequeños que, o bien pueden ser sus crías o bien perros.

Recipiente 92 (en la figura a la derecha, procedente de Vandier, 1952: pág. 271, fig. 173 y en Petrie, 1921: lám. XXV). Se trata de una jarra de fondo plano cuyas paredes son convexas por la base y cóncavas cerca del borde. Aparece un muflón rodeado o de sus crías o de perros.

Recipiente 93D (en la figura arriba a la derecha, procedente de Vandier, 1952: pág. 271, fig. 173 y en Petrie, 1921: lám. XXV), una jarra incompleta, cilíndrica con doble curva (como la 92). Representa un paisaje en el que, además de la vegetación y líneas onduladas representando agua, aparecen pájaros y dos cuadrúpedos que son, posiblemente, hipopótamos.

Recipiente 94 (en la figura arriba a la derecha, procedente de Vandier, 1952: pág. 271, fig. 173 y en Petrie, 1921: lám. XXV). Este plato muestra un toro salvaje (a la derecha) y lo que podrían ser dos cabras, todo ello sobre lo que parece representar una red de caza.

Recipiente 97 (en la figura arriba a la derecha, procedente de Vandier, 1952: pág. 271, fig. 173 y en Petrie, 1921: lám. XXV). Se trata de la cabeza y del cuello de un animal que podría ser una jirafa si bien las jirafas suelen estar representadas de una manera totalmente diferente. Se podría pensar incluso en un asno.

Recipiente 98D (en la figura arriba a la derecha, procedente de Vandier, 1952: pçag. 271, fig. 173 y en Petrie, 1921: lám. XXV). el borde de esta jarra está rodeado por una banda estrecha de líneas inclinadas y paralelas entre sí. Sobre la superficie de la jarra vemos varias figuras de animales entre grupos de dos triángulos unidos. A la derecha podemos ver una liebre entre dos perros cuyas ubres están exageradamente marcadas. A la izquierda aparece una familia de muflones, pudiendo apreciarse al macho a la izquierda, la hembra arriba y abajo dos crías entre las cuales aparecen dos pequeños animales que podrían ser, según Vandier, dos erizos.

Recipiente 61 (en la figura a la izquierda, procedente de Vandier, 1952, pág. 273; en Petrie, 1921: lámina XXIII, figura número 66M y en Petrie, 1920: lámina XVI, figura número 61). Se trata de una copa "carenada" cuyo borde exterior está decorado con escorpiones, remarcadamente estilizados, que alternan con grupos de tres ramas simples.

Recipiente 64 (en la figura al izquierda, procedente de Vandier, 1952, pág. 273; en Petrie, 1921, lámina XXI, figura numero 19N y Petrie, 1920: lámina XVI, figura número 64). El animal representado es, en este caso, imposible de identificar. El borde está adornado por una corona continua de espigas formando triángulos.

Recipiente 66 (en la figura arriba a la izquierda, procedente de Vandier, 1952: pág. 273, fig. 174; en Petrie 1921: lámina XX, figura 6L y en Petrie, 1920: lámina XVI, figura 66). Se trata de un plato decorado con cuatro vacas. Los cuernos están en posición horizontal indicando, quizás, que las vacas están paciendo.

Recipiente 67 (en la figura arriba a la izquierda, procedente de Vandier, 1952: pág. 273, fig. 174; en Petrie, 1921: lámina XXV, figura 98N y en Petrie, 1920: lámina XVII, figura 67). Es una jarra de fondo plano cuyas paredes convexas al principio se convierten en cóncavas al llegar al borde. La decoración se reparte en cuatro registros verticales: dos árboles o dos tallos de la clase 2 de Petrie que hemos visto anteriormente, alternando con dos grupos de animales bastante difícilies de identificar. El situado arriba a la derecha podría ser, según Petrie, un oryx o un chacal, el animal que aparece en la parte inferior podría ser un erizo o un "meloncillo". Los tres animales que aparecen a la izquierda están peor dibujados, se puede pensar en chacales o en asnos aunque sin ninguna seguridad.

Recipiente 68 (en la figura más arriba a la derecha, procedente de Vandier, 1952, página 271; en Petrie, 1921: lámina XXV, figura 96E y en Petrie, 1920: lámina XVII, figura 68). Esta jarra tiene la misma forma que la anterior y la escena está representada sobra un escenario con agua, señalada por las líneas onduladas paralelas y rodeado de árboles (de la clase 8 de Petrie) y de cañaverales (clase 11 de Petrie). Los dos animales representados el la parte superior son perros. En la parte inferior aparece un ave, una cigüeña segun Petrie (Petrie. 1920: pág. 15) aunque Vandier dice que puede tratarse de un buitre.

Recipiente 69 (en la figura más arriba a la derecha, procedente de Vandier, 1952, pág. 271; en Petrie, 1921: lám. XXV, figura 96L y en Petrie, 1920: lám. XVII, fig. 69). La jarra es del mismo tipo que las anteriores aunque vagamente cilíndrica, pero las curvas aquí están más acentuadas que en los ejemplos precedentes. La escena se desarrolla en una región donde crecen los árboles (de la clase 1 de Petrie). Aparece un toro salvaje, reconocible por sus cuernos, perseguido por cuatro perros. Probablemente se trate de una escena de caza en la que el rectángulo inferior, relleno de líneas formando cuadrículas, sea una red y el rectángulo en la parte superior con líneas verticales paralelas entre sí pueda tratarse de una barrera. La figura que aparece entre los dos árboles podría representar al cazador aunque, si así fuera, el personaje estaría dibujado de una manera bastante original.

Recipiente 70 (en la figura más arriba a la derecha, procedente de Vandier, 1952, pág. 271; en Petrie 1921: lámina XXV, figura 95 y Petrie 1920: lámina XVIII, figura 70). Este cuenco de fondo redondeado está decorado con vacas y terneros cuya representación está bastante lograda.

Recipientes 71 y 72 (en la figura arriba a la izquierda, procedente de Vandier, 1952, pág. 273; en Petrie, 1921: lámina XXIII, figuras 49H y 49E respectivamente y en Petrie, 1920: lámina XVIII, figuras 71 y 72). ambos son recipientes de fondo plano, el 71 está decorado con cuatro hipopótamos que parecen girar alrededor de cuatro peces, el borde está adornado con una banda cuadriculada continua. El recipiente 72 no tiene el fondo decorado y la banda cuadriculada es sustituida por espigas. Ambos muestran una excelente calidad y los hipopótamos son, verdaderamente, pequeñas obras de arte.

Recipiente 73 (en la figura arriba a la derecha, procedente de Vandier, 1952, pág. 271; en Petrie, 1921: lámina XXV, figura 99 y Petrie 1920: lámina XVIII, figura 73). En esta jarra, de una forma típica amratiense (convexa por la base y cóncava cerca del borde), están representados cinco animales: en la parte izquierda un muflón y un ibex, reconocibles por la curvatura de su cornamenta, después dos jirafas (según Petrie el animal más grande es una cabra, por los dos apéndices del cuello -Petrie, 1920: página 16-) y por último en la parte superior derecha aparece un cuadrúpedo que es difícil de identificar. Los semicírculos groseros que separan los animales pueden representar pájaros en pleno vuelo. La escena, en todo caso, sucede al borde del agua, simbolizada por líneas onduladas paralelas.

Existen, según Vandier, otros vasos que no figuran, ni en el Corpus de Petrie (1921) ni en Prehistoric Egypt (Petrie, 1920) y que merecen ser mencionados. En la imagen a la derecha, procedente de Vandier, 1952: página 274, aparece una imagen, las figuras 1, decorada exteriormente con tres hipopótamos separados por tres "uves dobles" y la figura 5, decorada con vacas, que proceden del British Museum.

Procedentes del Museo de Berlín se puede citar una jarra (plato 255 situado en la parte superior de la imagen abajo a la izquierda) adornada con espigas triangulares y un magnífico cocodrilo. También en el Museo de Berlín está una jarra cuyo borde está decorado con una serie de triángulos, opuestos dos a dos por el vértice y cuyo cuerpo está decorado, por un lado con tres hipopótamos superpuestos y en el otro lado un gran cocodrilo (jarra situada en la parte inferior izquiera de la imagen de la izquierda que procede de Vandier, 1952: página 275, figura 176).

4.-Vasos decorados con escenas complejas, con o sin personajes.

Los personajes, en estos recipientes cerámicos no siempre son reconocibles fácilmente. Ayrton y Loat han encontrado en El Mahasna (Ayrton y Loat, 1911: lámina XXIV, vaso H88) una copa decorada con una curiosa figura (en la imagen abajo a la derecha, procedente de Vandier, 1952: pág. 278, fig. 182), se trata de dos triángulos opuestos unidos por el vértice y atravesados por una recta que corta perpendicularmente las dos bases de los triángulos. Las bases de los triángulos inferiores están adornadas con líneas paralelas y perpendiculares a la base, ligeramente onduladas. Petrie (Petrie, 1920: página 16) es el único arqueólogo (estamos hablando de lo que dice Vandier en el año 1952) que se ha atrevido a identificar esta figura, según él se trataría de una representación primitiva de la mujer, los dos triángulos serían la espalda y la pelvis respectivamente y las líneas onduladas serían una tela con flecos ocultando las piernas. El cuello y la cabeza estarían representados por una línea recta reforzada con un trazo un poco más intenso.

Una figura análoga se encuentra sobre un plato muchas veces reproducido y que procede, según unos de Abidos y según otros (de Morgan por ejemplo) de Gebelein, podemos verla en la imagen inferior izquierda, procedente de Vandier, 195: página 279, figura 184. El fondo de la copa está decorado por un cieto número de animales, generalmente reconocibles: un escorpión y un cocodrilo, un perro saltando a la cabeza de un asno salvaje, otro perro que participa de la caza desde una posiciónun poco más lejana, una tortuga de agua, tres peces y tres aves zancudas. A la izquierda, un poco por encima de la tortuga se distinguen, cortados por la rotura y ausencia de un fragmento del plato, dos triángulos opuestos y unidos por el vértice uno de los cuales está adornado por una serie de líneas verticales onduladas y paralelas que forman flecos. La parte alta de la copa está ocupada por un barco que es, sin duda, el elemento más interesante de la decoración.

En efecto, los barcos están ráramente representados en la primera época de Nagada. Uno de los ejemplos más claros reproduce un barco visto desde arriba, con sus remos a babor y a estribor y sus dos cabinas rectangulares (figura inferior derecha, procedente de Vandier, 1952: pág. 281, fig. 185 superior; Petrie, 1921: lámina XXIII, figura 70M y Petrie, 1920: lámina XV, figura 49). Se puede apreciar, en la proa del barco una rama, una especie de adorno con flecos y una larga cuerda, estos son los mismos elementos del barco de la figura que presento arriba a la izqierda (184 de Vandier, 1952) pero en esa ocasión vistos de perfil. En la misma imagen, 185 de Vandier, aparece un plato adornado con dos cocodrilos y un barco de perfil en el que no se aprecia ningún tipo de elemento aparte del propio casco del barco, cabinas por ejemplo, y que pertenece a una colección suiza (siempre refiriéndonos al año 1952). Por último y procedente de Abidos, podemos ver un ejemplo de barco. El fondo de esta copa, que podemos ver bajo estas líneas a la izquierda, procedente de Vandier, 1952: pág, 282, fig. 188 y Petrie, 1921: lámina XXV, figura 100E), está decorado con un cocodrilo sobre el que aparece una figura en forma de media luna, que podría ser el casco de un barco, invertido si ese es el caso y relleno de líneas que forman cuadrículas. Se podría pensar tambíién en una red de caza. En la parte superior se encuentran dos personajes dibujados de una forma bastante exacta, mirando los dos hacia la derecha, la zona de las caderas está particularmente desarrollada, el vientre es prominente y presenta una depresión o un agujero que podría ser el ombligo. Los dos personajes parecen llevar el cabello bastante largo. no hay nada que permita vincular a los personajes con el barco, con el cocodrilo o con las tres uves dobles superpuestas que aparecen en la parte superior izquierda del plato, dando la impresión de que son completamente independientes unas de otras.

Escenas de caza: estas escenas no son reproducidas con mucha frecuencia en los vasos Amratienses. Sobre una copa que podemos ver en la imagen abajo a la derecha (procedente de Vandier, 1952: página 284, figura 191; Petrie 1921: lámina XX, figura 5M y Petrie 1920: lámina XVI, figura 63) se representa a un enorme cocodrilo con las fauces abiertas y tres hipopótamos. Los animales son reconocibles si bien están bastante mal dibujados, sobre todo el cocodrilo en el que la mandíbula y las fauces son manifiestamente demasiado cortas y cuyas patas están exageradamente apartadas del cuerpo. alrededor de los animales hay figuras con semi-círculos burdos que se interpretan tanto como un motivo decorativo, como una bandada de pájaros. La parte superior de la copa está ocupada por una serie de líneas rectas y oblícuas que se cortan más o menos regularmente y por dos líneas sinuosas. es poco probable, como se ha pretendido, que se trate de ondulaciones del agua, no sería nada más que una barrera, burdamente ensamblada, que se habría levantado delante del cocodrilo para obstruir el camino. Que se trate de una escena de caza resulta, cuanto menos, dudoso. Por una parte, el cocdrilo no ha sido alcanzado por ningún arpón y los cazadores están representados de una forma tan somera que apenas son reconocibles, las piernas están separadas, la pelvis está representada, en un caso por una línea redondeada y en el otro por una V invetida , el torso y los brazos se presentan bajo el aspecto de una cruz. A sus pies aparece una especie de báculo que podría ser un arma, se ha pensado también en una cuerda de arpón con su bucle y su bobina, pero es imposible de precisar.

Entre otras escenas de caza veremos a continuación la que decora un plato que formaba parte de la colección Golénischeff y que está actualmente en el Museo de Moscú.(ver imagen abajo a la izquierda que pertenece a Vandier, 1952: página 285, figura 192). La escena es muy simple: un hombre tiene atados cuatro animales. Touraïeff, que fue el primero en publicar este plato, interpretó la escena como el ejemplo más antiguo de un rey haciendo la ofrenda de cuatro terneros. En realidad, lo más probablemente, es que la explicación sea mucho más simple, que se trate de un cazador manteniendo atados a sus cuatro perros. El hombre está, en efecto, armado con un arco y un manojo de flechas . El cuerpo está bastante bien realizado, el talle es fino, la pelvis está indicada de forma bastante somera y las piernas no están separadas. El hombre lleva una pluma en sus cabellos y hace uso de un estuche fálico. En los espacios vacíos que deja la ecena de caza, el autor ha repartido cinco triángulos, cuatro de ellos en grupos de dos y uno separado, con rellenos que van, de espigas formando triangulos superpuestos solamente, a esas mismas espigas cruzadas por líneas paralelas entre si que forman una especie de cuadrículas.

Entre las copas badarienses sacadas a la luz por Brunton en Badari, sólo una está decorada con personajes, abajo a la derecha, procedente de Vandier, 1952, página 285, figura 193, (Brunton y Caton-Thompson, 1928: lámina XXXVIII, figura 70K -Brunton y Caton Thompson titulan esta lámina como "New Corpus Forms. Fancy"-). Brunton interpreta la escena como una escena en la que las figuras humanas están tejiendo. Baumgartel añade que uno de los telares es horizontal y el otro vertical (Baumgartel, 1955, pág. 30 -"A plate from Badari shows two looms, one presumably vertical , the other horizontal. Brunton dates this vase as S.D. probably 37-38, but possibly 37-43"-). Sin embargo la teoría del telar es seductora, pero muy improbable. En primer lugar, los telares verticales no aparecen en Egipto hasta el Imperio Nuevo y es poco probable que el objeto representado enla parte superior del vaso sea un telar, más bien parece una empalizada. Lo más probable es que se trate de representar a dos personajes preparando una empalizada, tanto para cazar como para encerrar a los animales.

Escenas de danza: Estas escenas, poco numerosas, están entre las más interesantes de las estudiadas. Están reproducidas sobre grandes jarras de fondo plano, borde desbordante y cuyas paredes forman un doble curva. Vamos a ver dos ejemplos de este tipo de escenas de danza. El primero aparece en una jarra que podemos ver a la derecha de estas líneas (Petrie 1921: lámina XXV, figura 100M; Petrie 1920: lámina XVIII, figura 74 y Vandier, 1952: página 271, figura 173). La escena de danza no ocupa toda la superficie disponible de la jarra ya que podemos ver tres líneas horizontales paralelas entres si y con el borde de la jarra, también cuatro largas ramas verticales y separadas por dos líneas, también verticales, formadas por triángulos unidos. En la escena aparecen dos personajes, a la derecha se encuentra un hombre, identificado como tal por su mayor altura, la cabeza es muy pequeña en proporción con el cuerpo, los cabellos son relativamente cortos si los comparamos con otras figuras y están adornados con grandes agujas . El torso, muy desarrollado, es triangular y los brazos se elevan por encima de la cabeza, las piernas están unidas por una línea en zigzag y el falo, salvo que se trate de un estuche fálico, está claramente indicado. El otro personaje es mucho más pequeño, el torso y las piernas están tratados de la misma manera que el anterior pero el personaje lleva los cabellos mucho más largos que "ondean al viento". Un trazo une el cuello del personaje de la izquierda con el torso del de la derecha. Hay quien opina que este trazo es un bastón y que la escena representa una pelea, sin embargo Baumgartel (1955: página 30) expresa una idea totalmente diferente y mucho más verosimil, interpreta este cuadro como una escena de danza ritual entre un hombre, figura de la derecha, y una mujer, figura de la izquierda y más pequeña que la figura anterior.

La segunda escena de danza (abajo a la izquierda, procedente de Vandier, 1952: página 287, figura 194), más compleja que la anterior, decora un vaso que está conservado en el Museo de Bruselas. En este vaso, que tiene la misma forma que el precedente, el borde está marcado por una línea adornada con "gotitas" en forma de líneas verticales. Hay un par de motivos que son difíciles de identificar e interpretar, uno de ellos tiene la forma de un rectángulo cuyos lados largos están bordeados por sendas líneas en zigzag, dos trazos verticales unen este rectángulo a la línea superior con las gotas, el rectángulo se prolonga por tres líneas verticales que terminan, cada una de ellas en una bola. El segundo motivo, según Vandier, tiene la forma de un cocodrilo aunque a mí, personalmente, no me lo parezca, con una larga cola. Uno de los lados está ribeteado por una serie de líneas perpendiculares a dicho lado y paralelas entre ellas. El interior está decorado con líneas formando una especie de espigas. El resto de la superficie está ocupada por ocho personajes, dos hombres representados en gran tamaño, los brazos elevados sobre la cabeza y seis mujeres, cuya talla es claramente más pequeña. Los hombres tienen los cabellos cortos adornados con objetos verticales que recuerdan a ramas vegetales . Las mujeres, cuyos brazos no siempres están dibujados, tienen los cabellos largos y parecen flotar al viento. Todas las figuras son semejantes a las del ejemplo precedente con la excepción de un detalle, las piernas aquí no están unidas por una línea en zigzag. Estos ocho personajes ejecutan muy probablemente una danza ritual en la cual los participantes están, tanto agrupados como separados en la coreografía reproducida por el vaso de Bruselas. Cinco participantes, un hombre en el centro y cuatro mujeres, dos a cada lado (el grupo de la derecha), forman un grupo mientras que los tres personajes restantes (los que están en la parte izquierda de la imagen) parecen actuar de forma independiente.

5) Black Incised Pottery o Cerámica Negra Incisa (N-ware) (Petrie y Quibell, 1986: Lámina XXX; Petrie 1921: Láminas XXVI y XXVII).

De diferentes periodos en Egipto, tanto prehistóricos como históricos, es conocido un tipo cerámico negro con diseños incisos y esas incisiones rellenas con una sustancia blanca que la hacían destacar claramente de su fondo. Petrie lo denominó "Black Incised Pottery" y en el Corpus recibe la denominación N-ware, es decir, Clase de Vasos Negros con Decoración Incisa Blanca (ver Petrie, 1921: láminas XXVI y XXVII; Petrie, 1901 "Diospolis Parva, The Cemeteries of Abadiyeh and Hu 1898-1899: lámina frontal, lámina II y lámina XIV; Petrie y Quibell, 1896: lámina XXX).

Según Baumgartel (Baumgartel, EJ, 1955 "The Cultures of Prehistoric Egypt, Volume I" London) la cerámica Black Incised no es conocida en el periodo Nagada I. Petrie en 1939 ("The Making of Egypt") en la página 33 establece claramente que el tipo cerámico Black incised es enteramente nuevo en el periodo Nagada II, corrigiendo así su atribución de dos vasos, el número 15 de la lámina XXVI y el número 55 de la lámina XXVII (ambas láminas del Corpus en Petrie, 1921), atribuidos anteriormente a Nagada I. En Nagada II los vasos black incised son encontrados a veces entre el equipamiento funerario de las tumbas, se trata de cuencos poco profundos, bases planas o vasos en forma de barriletes (quizás ya dinásticos) provistos de repisas dentro de sus bocas en las que eran encajadas unas tapas, esta última forma continúa hasta los tiempos del Imperio Antiguo. La cerámica Black Incised aparece de nuevo después entre el mobiliario funerario de las tumbas pertenecientes a la cultura "Pan Grave" (la cultura Pan Grave se refiere a una cultura Nubia al final del Imperio Antiguo Egipcio, una de cuyas características son tumbas poco profundas y redondas que nos recuerdan a especies de "sartenes", de ahí su nombre "Pan Graves". Tumbas de la cultura Pan Grave han sido encontradas desde Menfis hasta el sur de Kerma en Sudán) esta vez con recipientes globulares y diferentes diseños y está asociado con varias culturas Nubias (Reisner GA, 1923 "Excavations at Kerma IV-V", lámina 70. Hardward African Studies 6. Cambridge Mass) y su origen puede ser buscado muy probablemente en el sur de Egipto y quizás también en el sur de Nubia.

Este tipo cerámico Black Incised, difiere de cualquier otro conocido en Egipto y sólo es encontrado por separado en tiempos prehistóricos en muy raras ocasiones. El diseño más común consiste en tres formas geométricas, que parecen representar puertas, de tamaños decrecientes, estando los más pequeños inscritos dentro de los grandes. Generalmente dos o tres diseños de ese tipo llenan la superficie de un recipiente. Otro diseño característico, según Baumgartel, es una figura con algo que podríamos interpretar como tres alas extendidas en el centro del cuenco, esta figura está rodeada por incisiones rellenas de color blanco (Baumgartel, 1955: página 100) (ver figuras adjuntas).

Los vasos de esta clase son poco numerosos, están hechos con una arcilla blanda o dúctil y no demasiado bien cocida, decorada con zonas de diseños impresos o incisos alternando con áreas bruñidas alisadas. Muchos de estos vasos están compuestos por una arcilla "micácea" aluvial del Nilo, con la adición de fina paja o estiércol y arenillas blancas (Petrie, 1901; Friedman, 1994: página 96). No obstante Vandier (Vandier, 1952: Página 302) dice que si el color negro hubiera sido obtenido de la misma manera que para los vasos negros pulidos, parece que la cocción hubiera debido ser llevada más allá de lo que en principio parece.

Vasos análogos han sido encontrados a lo largo de toda la cuenca mediterránea y para Vandier (Vandier, 1952: pág. 302) su origen extranjero sería la explicación a su relativa rareza o eszasez en el Valle del Nilo, de hecho Baumgartel (Baumgartel, 1955: pág. 100) sugiere que esta cerámica fue importada desde algún lugar todavía desconocido ya que es muy rara en Egipto. No obstante, añade que hay recipientes cerámicos, procedentes por ejemplo de la tumba 1401 de Nagada (ahora en el Ashmoleam Museum) que presentan también el diseño de las "puertas superpuestas", incisas en la forma habitual pero en un recipiente Polished Red y del cual no existe ninguna duda de que fuera realizado en Egipto. Petrie en Diospolis Parva (Petrie, 1901: pág. 14) nos dice que esta cerámica es muy similar, en cuanto a materiales y diseño a la cerámica encontrada en Cienpozuelos, cerca de Madrid, a la encontrada en Butmir en Bosnia y en los niveles más bajos de Hissarlik. Petrie añade que esta cerámica es similar a otro tipo cerámico encontrado en Abidos, perteneciente a la I Dinastía, en Kahun y Khataneh, de la Dinastía XII, en Hu en las "pan graves" de Libios de la Dinastía XIII y en las Dinastías XVII ó XVIII. Como en ningún periodo hay cerámica egipcia que esté conectada con este estilo, debemos mirar, por lo tanto, a alguna fuente extranjera para ella, como Libia, Sicilia o Italia (Petrie, 1901). Petrie consideraba los vasos de esta clase como importaciones del extranjero pero Friedman (1984) nos recuerda que esta cerámica incisa es ciertamente más propia de Nubia o del Sudán (ver Arkell, 1953: pág. 76-79; Needler, 1984: pág. 224-229; Williams, 1986: 62-65; Nordstrom 1972: pág. 28 ware M2.01 asociado con el Terminal Abkan). Dice Baumgartel (1955) que, dado que la técnica de la decoración incisa rellena de sustancia blanca está muy extendida fuera de Egipto, es peligrosos asumir conexiones a menos que se pueda mostrar una definitiva afinidad en las formas y diseños de los vasos. Cita Elise Baumgartel a Arkell (Arkell, 1953, pág. 76 y ss.), el cual afirma un origen en el Sudán para estos recipientes cerámicos ya que los diseños del "Khartoum Neolithic" difícilmente pueden haber sido independientes del tipo N-ware egipcio, la cuestión controvertida es la fecha de los objetos cerámicos del Sudán.

Las paredes que, como ya hemos dicho, estaban hechas de una arcilla blanda, dúctil y no muy cocida, eran bastante espesas en la época prehistórica, pero son mucho más finas en la época histórica ya que, como hemos visto, este tipo cerámico ha sobrevivido hasta la Dinastía XIII.

La superficie es, lo más frecuente, entre negra y marrón aunque aparecen algunas variantes en color rojo. Las formas son bastante originales ya que, además de copas de fondo redondeado y cuencos con fondo plano, se debe citar un vaso esférico (Petrie, 1921: lámina XXVII, figura 50D), también un cáliz que recuerda ciertos vasos tasienses (Petrie, 1921: lám. XXVII, fig. 58) y vasos en forma de barrilete cubiertos en su parte superior con una especie de tapas o "casquetes" más o menos aplanados (Petrie, 1921: lám. XXVII, figuras 67, 68 y 70).

Una de las características más importantes de este tipo cerámico es su decoración ejecutada con un objeto punzante al principio y más tarde con un peine u objeto parecido. La decoración es casi exclusivamente geométrica, se encuentran sobre todo triángulos y círculos, adornados con pequeños puntos incisos y rellenos de pasta blanca imitando quizás los trabajos de cestería. Los diseños puntuados, dentados, geométricos o en zigzag eran hechos a base de raspaduras poco profundas en la superficie de la arcilla húmeda y, una vez cocida la pieza cerámica, los huecos eran rellenados con alguna especie de polvo blanco, probablemente yeso o arcilla blanca.

Los ejemplares sacados a la luz en Egipto no están, generalmente, datados. Ciertos arqueólogos (Scharff, 1927: pág. 24-25) tienen tendencia a atribuirlas a la primera civilización de Nagada. Otros en cambio (Baumgartel, 1955: pág. 33-34), después de reconocer que algunos raros ejemplares pueden ser amratienses, datan ese tipo cerámico sobre todo en el Gerzeense.

Los cuencos, nos dice Petrie en Naqada and Ballas (Petrie and Quibell, 1896) eran muy raros, de hecho, en ochocientas tumbas desenterradas en Ballas, solamente fueron obtenidos dos cuencos. En algunos fragmentos de similar tipo cerámico (Petrie y Quibell, 1896: lámina XXX, figura 50), el diseño, como ya hemos señalado antes, fue realizado por el método de aplicar pequeñas "picaduras" sobre la superficie cerámica y no había signos de manchas con arcilla blanca o yeso. Estos estaban en la superficie de la tierra o en tumbas completamente saqueadas y los fragmentos de cuencos rojos y negros extrafinos, a los que había sido aplicado el mismo método de decoración, fueron encontrados en las mismas condiciones.

El descubrimiento del origen de este tipo cerámico podría ser una cuestión de gran interés dado que nos podría decir mucho sobre el comercio y las áreas de influencia en el Mediterráneo durante el Predinástico Temprano.

6) Wavy-Handled Pottery o Cerámica de Asas Onduladas (W-ware) (Petrie y Quibell, 1896: Láminas XXXI a XXXII; Petrie, 1921: Láminas XXVIII a XXX).

Es una de las clases cerámicas que más variación presenta a lo largo del tiempo y es precisamente esta "degradación" la que sirve como mejor pista para ordenar la secuencia temporal relativa del periodo predinástico. En efecto, las transformaciones en la forma del cuerpo y del asa de estos vasos es la piedra angular de la cronología relativa de Petrie (Friedman, 1994: 97; ver Petrie, 1901: lámina Frontal, láminas II y XV; Petrie, 1896: láminas XXXI y XXXII; Petrie, 1921: láminas XXVIII a XXX).

Los principales cambios pueden apreciarse en la parte izquierda de la Lamina II (ver imagen a la derecha). En esta lámina se aprecian perfectamente los cambios de la W-ware a través del tiempo, vemos como los vasos globulares con asas claramente salientes se van convirtiendo, a través de sucesivas "degradaciones", en vasos cada vez más estrechos y con paredes más rectilíneas de forma que acaban siendo vasos de forma cilíndrica y cuyas asas han pasado a ser un mero adorno dibujado en el cuello de la jarra, recipientes que podemos asimilar a las jarras de piedra cilíndricas con una línea o cordón alrededor del cuello. En efecto, las asas de los primeros ejemplares tenían el aspecto de rebordes o burletes ondulados, situados aproximadamente a la mitad de la panza, la ondulación detemina un cierto número de cavidades en las que se situaban los dedos cuando se quería levantar el recipiente. Las asas más antiguas, que aparecen, de acuerdo con Petrie, hacia la S.D. 40, son fuertemente salientes y poco onduladas. En algunos casos la ondulación era hecha sobre un reborde del recipiente y da la impresión de una sepiente sobre un terrón de tierra (Petrie, 1921: Lámina XXVIII, 1 -ver figura 1 a la izquierda-) , pero lo que sucede más frecuentemente, casi de forma regular a partir de la S.D. 42, es que el asa está pegada directamente sobre la panza (Petrie, 1921: lám. XXVIII, 3 y 4 -ver figura 3 a la izquierda-). El asa es todavía bastante saliente y situada más o menos alta sobre la panza y no se constata ningún cambio significativo en las asas hasta la S.D. 63 salvo una cierta tendencia al adelgazamiento. A partir de esa S.D. 63 el asa se hace más delgada y se va situando más alta sobre la jarra y su papel tiende a volverse casi exclusivamente decorativo, se convierten en un adorno que se extiende, cada vez más ampliamente, alrededor de la panza (Petrie, 1921: lám XXX, 51 A -ver figura a la izquierda-). Las dos asas acaban por unirse alrededor del cuello del recipiente. Más tarde, hacia el extremo final del Gerzeense la forma de las asas evoluciona profundamente: ondulaciones cada vez menos pronunciadas; imitando una cuerda que se habría atado a intervalos regulares; tomando la apariencia de una sucesión continua de "medias lunas"; y por fin, al final de Nagada II, la ondulación acaba por desaparecer completamente y el antiguo motivo es tratado como una cuerda, pintada, incisa o en relieve que rodea el vaso por debajo del borde. Hay que señalar que la aparición de una forma nueva de asa no implica, necesariamente, la desaparición de las formas precedentes y en la época tinita se pueden encontrar todavía y con cierta frecuencia, asas onduladas (ver imagen a la derecha con la evolución de las asas onduladas).

No se conocen dibujos de ninguna clase en los cuerpos de este tipo cerámico salvo, claro está, del diseño en forma de cordaje, dibujado en sustitución de las asas, que aparece aproximadamente en la S.D. 75. Se encuentran, no obstante, asas onduladas sobre vasos "moteados" que imitan recipientes hechos con piedra dura (ver figura a la izquierda). También aparecen asas onduladas sobre jarras decoradas con rombos pintados que evocan las redes que rodeaban los recipientes para hacer más cómodo su transporte (ver figura a la derecha y fotografía más abajo a la derecha). Posiblemente todos los recipientes cerámicos tempranos fueron transportados en cestas que después serían consideradas innecesarias, pero se preservó en algunos ejemplares esa apariencia sobre la superficie del recipiente para desaparecer totalmente después. Las últimas de estas formas cilíndricas aparecen en la tumba de Menes y a partir de ahí, van menguando durante la I Dinastía hasta que se convierten en pequeños y toscos tubos.

Excepcionalmente podemos ver cómo vasos de la clase Decorated Pottery (Petrie, 1921: lám. XXXIV, 44P -ver imagen a la izquierda-) también están provistos de asas onduladas. No sólo aparece este tipo de asas en la clase Decorated sino que también adornan, sobre todo a partir del final de la época nagadiense, vasos de alabastro y vasos "esmaltados", constituyendo éste uno de los raros casos en que los egipcios han imitado, en piedra, vasos de tierra cocida. Era el camino más natural y los egipcios no han dejado de hacerlo, copiar en tierra cocida los vasos de piedra, bastaba para ello con reemplazar el grano de la roca por manchas pintadas y añadir dos asas tubulares perforadas horizontalmente. Se obtenía así, de forma barata, un vaso que daba casi la impresión de ser de piedra, tengamos en cuenta que los auténticos vasos de piedra, mucho más difíciles de trabajar, eran considerados como preciosos y que pertenecían al mobiliario ceremonial. El proceso contrario, que se ha observado en los vasos con asas onduladas, se explica más difícilmente, tratándose posiblemente, más que de una verdadera imitación, del préstamo de un motivo decorativo.

La evolución de esta clase de vasos se aprecia, no solamente en la evolución de las asas, sino también en la forma de los recipientes. Vandier expone que, abstracción hecha de diferencias de detalle, los vasos de la clase W-ware se pueden dividir en tres categorías (Vandier 1952: 321):

1ª) La primera categoría comprende los vasos panzudos, de fondo plano bastante ancho (Petrie 1921: lám. XXVIII, figuras 1 a 3). Se trata de una clase distintiva, separada de otras por su forma, por las asas salientes, por su materia y por sus contenidos. Constituye un grupo de recipientes cuyas raras y menos constantes formas parecen pertenecer a una temprana etapa, antes de que se adoptase un tipo más permanente. Las paredes se ensanchan o acampanan en línea recta o ligeramente convexa para después cerrarse, diseñando una larga curva cóncava, hasta el cuello. Este es recto o acampanado y termina con frecuencia en un labio reforzado o abultado, más o menos plano. Algunos de estos recipientes están equipados con asas en forma de orejas (Petrie 1921: lám. XXVIII, figuras 2a, 2b y 2c -ver imagen a la derecha). En uno de estos casos, el del recipiente 2c, el asa ondulada se convierte en un simple motivo decorativo, se ha transformado en una cinta horizontal ligeramente en relieve. Estas formas tempranas son muy parecidas o están estrechamente relacionadas con los tipos de jarras de similar pasta y con similares asas salientes encontradas en la fase más temprana de Tell el Hesy, conexión que se mantiene en las formas posteriores de recipientes con asas onduladas. Así, tanto en el perfil de la jarra, en material y en ese peculiar tipo de asa, está la relación más estrecha entre la cerámica pre-judia del sur de Palestina y esta cerámica de las tumbas predinásticas.

2ª) La segunda categoría se compone de vasos mucho más alargados, con su hombro menos ancho y más alto. El fondo y el cuello tienen las mismas características que en la categoría precedente. En una evolución como la que estudiamos hay, necesariamente, ejemplares intermedios, que podrían perfectametne ser clasificados indiferentemente en uno u otro de estos dos grupos. Los vasos son generalmente grandes pero ya aparecen algunos cuyas dimensiones son más reducidas e incluso algunos muy pequeños.

3ª) Continuando con su evolución, los vasos de la categoría anterior se van alargando progresivamente tendiendo a convertirse en cilíndricos (Petrie, 1921: lámina XXX). Estos son los tipos que se encuentran sobre todo, pero no exclusivamente, al final del Gerzeense o Nagada II. Es también en esta época cuando las asas onduladas comienzan a dar la vuelta a todo el recipiente, adoptando un papel meramente decorativo. Posiblemente la última forma es una jarra deformada, la número 90 (Petrie, 1921: lám. XXX, fig.90 -ver imagen a la izquierda y fotografía a la derecha-), sin ninguna cuerda, ni siquiera dibujada, o línea en ella.

Estas formas diferentes no solían mezclarse en las tumbas aunque a veces, cuando un recipiente de asas onduladas bien formadas era encontrado en una tumba, podía haber otros con asas más bien pobres junto a él pero nunca junto a las jarras de las épocas posteriores, cilíndricas verticales y con las asas pintadas sobre el cuello. De la misma forma algunos de los recipientes pertenecientes a los tipos muy tempranos o muy tardíos, fueron encontrados con algunos ejemplares de los tipos pertenecientes a las etapas de transición. Una gran cantidad de tumbas pobres, en las que sólo había dos o tres vasos rojos y negros, no contenían nunca ninguno de los modelos Wavy-Handled (Petrie, 1896: pág. 12).

Petrie describe una de las "fabrics" de esta clase como una cerámica dura pero a la vez ligera, de aspecto "soso" o monótono, bien cocida y elaborada a partir de una arcilla "gruesa" o "basta" sin mucha arena. Este tipo de "fabric" es ahora conocido como arcilla marga o "marl". Se observa también que aquellos recipientes con cuerpo más globular y con asas onduladas salientes y más pronunciadas, es decir, los recipientes del 1 al 5 (Petrie, 1896: lámina XXXI; Petrie, 1921: lámina XXVIII) están elaborados a partir de arcilla más blanda, la cual era previamente desmenuzada (Petrie, 1896: 38).

Otra variación de pasta, que contenía puntos o motas blancas, es también registrada (Petrie, 1896: 38) y este tipo de "fabric" puede estar compuesto por una mezcla de arcilla del Nilo y arcillas de marga calcáreas, o sedimentos del Nilo mezclados con otros materiales calcáreos (Allen y Hamroush, 1986; Porat, 1992: 434). El uso de marga de apariencia ligera ha sido considerado evidencia de la producción cerámica centralizada ya en este periodo. Ahora, que está claro que las margas calcáreas pueden ser recogidas para elaboración cerámica en una región más amplia que la que se había creído, muchos de los argumentos utilizados para apoyar aquella afirmación, la especialización, han sido reducidos notablemente y, como consecuencia, la importancia de distinguir entre varios tipos de "fabrics" o varios tipos de estructura o composición de los recipientes, se está incrementando en consecuencia.

Desde que fueron sacados a la luz se han identificado vasos de este tipo, mediante análisis petrográfico, como importaciones palestinas (Amiran y Glass, 1979; Porat, 1989: 70; Payne, 1993: 97-98, 130-133). Vasos de forma globular y con asas onduladas, que no han sido analizados mediante análisis petrográfico, son considerados también como importaciones en base a su forma y los paralelismos con formas del Calcolítico y Bronce Temprano en Palestina, lugar donde este tipo de cerámica tiene una larga tradición (Amiran, 1970: 24, 35-40; Kroeper, 1989) y, por lo tanto, cabe pensar que era el lugar de origen de esta clase de cerámica (Petrie 1896: 38-39). Las asas onduladas, como las de los tiempos tempranos, es una característica de la cerámica temprana Palestina. Se puede dar por sentada una conexión a partir del modo como la superficie es raspada con un peine, característica hallada tanto en en recipientes cerámicos de la I Dinastía como en jarras con asas onduladas halladas en Judea.

Las asas onduladas no están confinadas a vasos hechos a partir de arcilla marga (marl fabrics), sin embargo no hay una vía adecuada para describir aquellos que no están dentro del sistema de Petrie. Se hizo uso de arcilla del Nilo atemperada con paja, tipo cerámico Rough de Petrie, y arcilla del Nilo sin engobe (en alfarería, pasta de arcilla que se aplica a los objetos de barro, antes de cocerlos, para darles una superficie lisa y vidriada) para crear vasos con asas onduladas en el Alto y en el Bajo Egipto (Friedman, 1981: 59; Von der Way, 1986: 245).

El uso habitual de esta jarras parece ser el contener ungüentos olorosos, aparentemente aceite de palmera. En los últimos tiempos era añadido barro, hasta que al final sólo se introducía barro en los recipientes. En efecto, junto con la "degradación" de la forma hay un un cambio en el contenido de las jarras. Una jarra grande del tipo representado por la figura 4 de la lámina XXVII del Corpus de Petrie (Petrie, 1921: lám. XXVII, fig. 4) fue encontrada medio llena con una masa de grasa vegetal, la mejor clase de jarras, según Petrie (Petrie, 1896: 39), como las representadas por las figuras de la 6 a la 19 en la lámina XXVIII del Corpues de Petrie (Petrie, 1921: lám. XXVIII, figuras 6 a 19) generalmente contenían esa misma grasa vegetal. A continuación, en tipos tardíos, aparece una capa de lodo en la parte superior, probablemente para evitar que el aroma se evaporase. Más adelante la capa de barro aumenta su espesor aun cuando todavía aparece una capa de grasa por debajo del barro. Por último la grasa es completamente abandonada y las jarras, ya cilíndricas como las representadas por las figuras 55-90 del Corpus de Petrie (Petrie, 1921: lám. XXX, figuras 55 a 90) solamente tienen barro en su interior. Paradójicamente el orden como fueron hallados los vasos fue inverso (Petrie 1896: 11), los primeros ejemplos encontrados de estos recipientes habían sido llenados únicamente con barro , el uso del cual no estaba entonces claro, en algunas tumbas se encontraron vasos que tenían un aroma distintivo y después fueron encontrados vasos llenos de una grasa o aceite aromático. El barro fue usado, como ya hemos dicho y según Petrie (1896: 11), como material de cobertura, para cubrir el aceite o grasa aromática y mantener sus efectos aromáticos. Más adelante se utilizó como sustituto del aceite aromático y después como sustituto de aquel. La grasa aromática es extremadamente ligera y porosa, sin duda debido a la fusión gradual de sus componentes más ligeros aunque se fundía, según dice Petrie, fácilmente bajo un sol de abril. El aroma era parecido al de la nuez de cacao pero el análisis de la grasa no apunta a este origen.

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7) Decorated Pottery o Cerámica Decorada (D-ware) (Petrie y Quibell, 1896: láminas XXXIII-XXXVI; Petrie, 1921: láminas XXXI a XXXVII)

Referencias: Petrie y Quibell 1896; Petrie, 1901; Petrie, 1920; Petrie, 1921; Vandier, 1952; Friedman, 1994.

La característica distintiva de la clase cerámica Decorada, o D-ware, es que se trata de una cerámica marrón clara o blanquecina “creada a partir de arcilla de aspecto ligero, rosa o de color de la piel de ante, como la cerámica Wavy-handled o una parte del tipo cerámico Late. El rango de las materias primas, “margas” (marl fabrics) permanece inexplorado” (Friedman, 1994: 98). Sin embargo, esta clase cerámica se distingue por la variedad y originalidad de los diseños dibujados sobre la superficie con una pintura u ocre rojo-marrón pálido o violáceo (rojo pálido en palabras de Petrie, 1901: 15).

Esta clase es muy variada, sobre todo en las diferencias entre sus dibujos, pero todos sus elementos están unidos por la uniformidad del material y el modo de coloración. Los diseños, así como los materiales, no son encontrados en ninguna otra cerámica de otras clases diferentes, si exceptuamos que la pasta base es la misma que la de la mejor calidad de las jarras Wavy-handled. 

Ésta, sin duda, es la clase cerámica más importante de lo que Petrie (1920) denomina el “Segundo Periodo”, hoy conocido como Gerzeense o Nagada II. Esta clase cerámica es pues, como los vasos de asas onduladas (W-ware) característica de la segunda época de Nagada y, si bien esta cerámica, la D-ware, también está pintada, difiere claramente de la cerámica con decoración blanca (White Cross-Lined o C-ware) que pertenece exclusivamente a la “primera época” de Nagada (Vandier, 1952: 329). 

Ninguno de los diseños de la D-ware procede de la imitación del trabajo de cestería, pero sin duda algunos provienen del posible intento de imitación del recubrimiento de los recipientes con cuerdas o con cañas (como actualmente sucede con algunas botellas de diversos productos que podríamos denominar “típicos”) y algunos modelos proceden de la imitación del jaspeado de algunos vasos de piedra. 

Según Petrie (1901: 15) no hay ni un solo punto en común entre estos diseños de la D-ware y los del tipo cerámico C-ware o White-Cross Lined, sin embargo, si bien son diferentes una de otra, la decoración de las cerámicas Amratiense y Gerzeense tienen algunos puntos en común. De hecho dos motivos pictóricos están bien atestados en las dos épocas: las filas de triángulos que podían haber servido para evocar un país o un lugar montañoso y las líneas onduladas, que simbolizan probablemente un estanque (Vandier, 1952: 329; Baumgartel, 1955: 72). Todos los demás diseños gerzeenses, con la excepción de los barcos, muy raros por otra parte en el Amratiense, son nuevos. Es más, la técnica mostrada en la cerámica Decorada no es utilizada, ni por los alfareros ni por los decoradores, hasta la S.D. 40 salvo, claro está, la forma de modelar la arcilla a mano, sin ayuda del torno. 

En Nagada I la pintura blanca o amarillenta era aplicada sobre una capa de color rojo, más tarde la pintura se convirtió en roja-violácea y era aplicada directamente sobre las paredes del vaso cuyo color es mucho menos oscuro y menos brillante. Respecto a la materia prima, los alfareros amratienses usaban simplemente limo o arcilla del Nilo mientras que sus sucesores del Gerzeense utilizaban una fina arcilla que procedía de lugares bien conocidos y poco numerosos (Baumgartel, 1955: 86). 

El estilo de las escenas presentes en estos vasos también difiere profundamente en las dos épocas cuya cerámica estamos comparando. En sus motivos geométricos, los artistas de Nagada I utilizan sobre todo la línea recta (estrellas, triángulos, motivos denominados en “espina o esqueleto de pescado”, mientras que los de Nagada II prefieren la línea curva (ondas, motivos en “S” y espirales). 

Por otra parte, cuando un artista de la época Nagada I reproduce una escena, vemos que se trata de una escena compuesta que tiene casi siempre un sentido (escenas de caza o de danza son las que se reproducen más frecuentemente). Por el contrario, las imágenes de Nagada II no tienen, generalmente, ningún significado que podamos interpretar y los elementos que las componen son, salvo unas pocas excepciones, representados de forma aparentemente arbitraria. Sobre los recipientes de Nagada I, los cuerpos de hombres y animales están, por regla general, estriadas o rayadas mientras que en Nagada II los motivos decorativos son enteramente pintados sobre los vasos cerámicos. En otras palabras, mientras que el arte amratiense es gráfico, el arte gerzeense es pictórico. No obstante han existido opiniones encontradas, mientras que Scharff (1935: 90-91) afirma que los artistas de las dos épocas han tratado de copiar la naturaleza. Frankfort (1924), por el contrario, reconoce esta búsqueda de la realidad sólo entre los amratienses mientras que, en sus sucesores, los gerzeenses, se puede reconocer un arte claramente abstracto. 

Esta clase cerámica se distingue por los distintivos diseños pintados con ocre rojo-marrón pálido (o apagado) en el exterior del vaso (Petrie, 1901: 15). Creada a partir de arcilla de aspecto ligero, rosa o de color ante, como la cerámica Wavy-handled o parte del tipo cerámico Late, el rango de los materiales “margas” (marl fabrics) permanece inexplorado. 

Esta clase cerámica ha generado más críticas por su vago nombre (Peet, 1933: “The Classification of Egyptian Pottery” JEA 19: 62-64) que por la diversa colección de cerámica decorada que él contiene. 

Aparte de los característicos vasos “rechonchos” u ovoides decorados con pintura roja, la clase D incorpora también vasos sin decorar de similares materiales y formas (D61). Recipientes hechos a base de margas, pero con otras formas, fueron situados por Petrie en su clase Late. Los raros pero importantes vasos de arcilla del Nilo con un baño blanco y decoración pintada roja (D71, D72) fueron también incluidos en esta clase. Esta colocación ha servido para oscurecer su conexión con cerámica similar en el yacimiento de Maadi en el Bajo Egipto así como su importancia en la conexión con, entre otras aplicaciones, el desarrollo de este sistema o estilo de decoración “rojo sobre blanco” (Liebling, 1974: 57-59). 

Vasos de varias “fabrics” o materiales, decoradas con incisiones, fueron también añadidas a esta clase. Como Petrie afirma al decir: “Algunas formas extrañas han sido añadidas aquí, al final de esta clase, aunque ellas podrían haber aparecido, más bien, como cerámica de fantasía”, la segunda mitad del Corpus del tipo Decorated sirve como “comodín” para extraños objetos con decoración de cualquier clase (Petrie, 1896: 41). 

La importancia de la cerámica incisa para trazar conexiones intra y extra-regionales ha sido discutida (Köhler, 1992: 11-22; Adams y Friedman, 1992: 317-338; Amiran, 1992: 427-432). Desafortunadamente otros ejemplos de cerámica incisa están también dispersos a lo largo de las clases cerámicas P-ware, F-ware y R-ware. La razón de que todas estas variadas formas hayan sido incluidas en la clase D-ware y no en la clase F-ware permanece desconocida. 

En cuanto a las formas de los vasos de la clase Decorated Pottery hemos de decir que no son muy variadas. Frankfort diferencia cuatro tipos: los vasos alargados; los vasos ovoides; los vasos globulares; y los vasos “achaparrados” o “rechonchos” (Frankfort, 1924: 96). El reborde y el fondo son generalmente planos y los vasos están provistos, la mayoría de las veces, de dos asas tubulares agujereadas horizontalmente. No obstante, los términos utilizados por Frankfort para definir las formas gerzeenses no son siempre demasiado afortunadas. En efecto, los verdaderos vasos ovoides (fig. 228 de Vandier) son extremadamente raros y sólo dos ejemplares responden claramente a esa cualidad (Petrie, 1921: XXXII, 26A y 29A); los vasos globulares, en realidad, no parecen existir; los vasos alargados existen pero en número muy reducido (Fig. 228 de Vandier; Petrie, 1921: XXXII, 20C y 26B; lámina XXXIII, 36P, 40 y 40L). Los vasos “achaparrados”, por último, tienen la forma de esfera sensiblemente aplanada (Fig. Vandier 228; Petrie 1921: lámina XXXII, 26m). Vandier (1952: 332) dice que es mejor hablar de vasos “cordiformes” que de ovoides (Petrie 1921: lámina XXXII, 16G), esféricos o alargados. Los vasos “adosados”, unidos por una de sus paredes, numerosos en el Amratiense, existen pero mucho más raramente en el Gerzeense y, como consecuencia, en el tipo cerámico D-ware. 

La familia de los vasos “achaparrados” o “rechonchos” (Petrie 1921: lámina XXXVI: 61-63 y 67-69) parecen ser de una diferente fuente que el resto de la cerámica Decorada. Estos vasos nunca tienen alguno de los diseños familiares de barcos, plantas, flamencos, ciervos o colinas. No cabe duda que son de la misma época que los vasos que presentan esos diseños y la separación de éstos, con el resto de tipos usuales, parece mostrar que fueron hechos por una escuela completamente diferente. Ahora, en Nubia, las jarras achaparradas no son infrecuentes (The Archaeological Survey of Nubia, 1807-1908: 327; 1908-1909: 113, 116, 137, 143 y lámina 43; 1909-1910: 97 y lámina 27) mientras que solamente un vaso con un único barco (A.S. 1909-1910: lámina 27) es reportado. Probablemente ninguno de esos vasos fueron hechos en Nubia y todos ellos fueron traídos de Egipto, pero la desproporción muestra que las jarras “achaparradas” eran producidas más cerca de Nubia que las jarras con barcos. Como los vasos que llevan barcos dibujados, muestran también flamencos del Delta son, probablemente, septentrionales, mientras que las jarras “achaparradas” o “rechonchas” son meridionales. Los recipientes que tratamos comienzan con diseños que tratan de imitar las fundas hechas con cañas, de las que ya hemos hablado anteriormente, y comienzan en el tipo 68 (Petrie, 1920: lámina XXXVI) en la S.D. 39 y con el tipo 9c en la S.D. 40. Después llegan los modelos que imitan el mármol, por ejemplo el tipo 63b en la S.D. 43 y después las espirales, tipo 67a, en la S.D. 46. Esta forma es bien conocida en piedra a partir de la S.D. 38 ya que aparece en la segunda civilización prehistórica y continúa siendo copiada, aunque de forma bastante burda, hasta la III Dinastía (Garstang, 1903: lám. XXVII). Las formas sencillas sin decorar están incluidas con las otras aquí ya que muestran las mismas características, diferentes de cualquier otra clase de cerámica. 

Los cuencos 71 y 72 (Petrie 1921: lámina XXXVI: 71-72) están incisos y en realidad pertenecerían a la época de la cerámica White-Lined, en la S.D. 32; los tipos 74a y 74d están también incisos y pertenecen al final de los tiempos prehistóricos. El tipo 76 es una copia de una cesta incisa de fecha temprana, S.D. 34; el tipo 77 muestra una fila de hombres, dibujados con sus brazos levantados. 

La clase de altas jarras, con figuras toscas es de la última época del predinástico, S.D. 60 en adelante. El comienzo de esta decoración es visto en la escena de caza del cocodrilo en el recipiente 78a, S.D. 52 (Petrie, 1921: lámina XXXVII). Entonces siguen los cocodrilos y las serpientes en la figura 78b, en la S.D. 60 y en otras aparentemente tan tardías o incluso posteriores, 78c, 78f, 78f, finalizando con meras líneas onduladas en la S.D. 75, tipo 20c. 

El cuenco 79m ha sido pintado con un triple pincel creando grupos de 6, 9 ó 12 líneas.

 Refiriéndonos a los motivos decorativos en la Decorated Pottery diremos, en primer lugar, que Petrie ya trató de agrupar cronológicamente los diferentes motivos que adornan los vasos con decoración violácea (Petrie, 1920: 16) aunque unos años antes, el mismo Petrie (1901: 15) había ofrecido unos datos ligeramente distintos sobre la aparición de los diferentes motivos de la clase D-ware, precisiones que, según Vandier (1952: 333) y por útiles que sean, resultan en cierta forma peligrosas. Veamos a continuación, poniendo en relación todas las referencias existentes, los diferentes diseños o motivos decorativos colocándolos, con la mayor exactitud que nos sea posible, en su posición cronológica relativa correspondiente. 

Dentro del desarrollo cronológico (relativo) de la clase cerámica Decorated o D-ware, diremos, siguiendo a Petrie (1920: 16) que podemos dividirla en tres etapas bien definidas: Desde la SD 31 a la 39 hay muy pocos ejemplos y según el propio Petrie (1901: 15) podrían ser incluso importaciones, tal y como él supone que lo es también la cerámica Black-Incised, de hecho los tipos de la D-ware presentes en ese rango de Sequence Dates supone solamente una doceava parte del total de la cerámica hallada y son, como vamos a ver, mucho más comunes en periodos posteriores. De acuerdo con Petrie y remarcando sus diferencias, vemos que en la SD 31 podemos destacar el diseño del que hemos hablado antes y que denomina en “rush-band”, imitando los cordajes o los protectores hechos de cañas en los que se introducía el recipiente para evitar su rotura con los golpes. Presentan diseños compuestos de dos líneas convexas verticales, que recorren el recipiente de arriba a abajo, rellenas de líneas horizontales formando pequeños “dientes de sierra”, como ejemplos podemos ver los tipos 10g (foto 1008) o 13w (1009) (Petrie, 1920: 16). Petrie (1901: 15), además, nos dice que muy temprano, en la SD 31, comienzan a aparecer los tipos 8b (1001) y 15 (1002). En la misma obra nos dice que en la SD 32 inician su aparición los primeros modelos de botes, obviamente sin tanto detalle como los posteriores, tal y como aparecen en los diversos modelos en que se subdivide el tipo numerado como 81 (1003 y 1003 bis). En la SD 33 aparecen los vasos desproporcionadamente bajos, “rechonchos” o “achaparrados”, como el modelo 7b (1004). 

En la SD 36 podemos destacar la aparición por vez primera de un recipiente jaspeado, típica imitación del mármol, como es el modelo 63c (1005). De la SD 37 podemos destacar la aparición de un recipiente cuyo motivo decorativo es un damero o cuadriculado, como la forma 29a (1006). En la SD 39 aparecen, esta vez a gran escala, una serie de vasos rechonchos con el diseño citado “rush-band”, imitaciones de una especie de cordaje, como ejemplo tenemos el tipo 68a o el 68b (1007). No podemos cuestionar la temprana fecha de estos diseños, por ejemplo el recipiente mostrado en la figura 10g (1008) está asociado, en la tumba 1449 de Nagada, con dos de los cuencos Cross-Lined (C1 y C6) cuya clase es la más antigua junto a la que aparece la cerámica decorada. Estos estilos más simples de decoración eran contemporáneos con la primera época predinástica, S.D. 31-39, pero en una región colindante desde la cual eran raramente importadas. La principal época de aparición de estos tipos de la D-ware se produce en el tramo de las SD 40-49, cuando aparecen 48, seguidos por 33 tipos nuevos entre las SD 50-69 para, por último, producir sólo 4 tipos de la SD en adelante. Esta cerámica pertenece, claramente, a la parte media de la época predinástica. 

En la SD 40 se produce una repentina explosión de nuevos tipos de diseños. Aparecen de repente y al mismo tiempo las espirales (figura 35a del Corpus, 1921 – foto 1010) y el aloe (figura 36a del Corpus -1011) o las figuras de caprinos. Para Petrie (1920: 16) esta circunstancia señalaría la entrada de una nueva civilización y probablemente de una nueva raza y, según él, el hecho de que las formas de los diseños sean tomadas de vasos de piedra y, como uno de los más tempranos, en la SD 36, imita el jaspeado, todo ello apuntaría a que la fuente estaría en un país rocoso de piedras jaspeadas, con poca arcilla para la cerámica. 

Los tipos cerámicos adornados con barcos, mucho más elaborados que los botes que hemos visto anteriormente, comienzan a aparecer en la SD 45, seguidos muy de cerca por los flamencos en la SD 46 (figura 41m del Corpus -1012) y por las filas o hileras de colinas triangulares (figuras 55a -1013-, 56b -1014-, 59c -1015- y 59d -1016- del Corpus). Según Petrie, siguiendo con su teoría de la entrada de una nueva civilización, estos vasos pertenecen a una época en la que los recién llegados estuvieron ya bien asentados en Egipto, habiendo tomado el motivo del flamenco de los pantanos del Delta, posiblemente procederían de un lugar donde abundaban las colinas y ellos eran conscientes del contraste entre dicha orografía montañosa y la llanura. 

Esta cerámica decorada, estos diseños “naturalísticos” según Petrie (1920: 17), desaparece casi tan repentinamente como había aparecido. Hay una disminución en torno a la SD 60 y desaparece por completo en la SD 63. No obstante, Vandier (1952: 333) nos dice que, posteriormente a esa fecha, se encuentran vasos en forma de barriletes, decorados con animales pintados de forma burda o grosera. Los vasos esféricos, pintados de forma que imitan a la piedra, son registrados hasta la SD 78 (ver fig. 228 de Vandier; y Brunton, 1937: lámina XXXV, 3 y 8 -1018). Es, por lo tanto, algo exagerado quizás, pretender que la clase cerámica D-ware cesa bruscamente en la SD 63, a lo sumo se puede decir que, a partir de esa época, se tiene tendencia a utilizar, para la elaboración de los vasos ceremoniales, no la cerámica pintada sino los propios recipientes de piedra. 

De hecho, el propio Petrie (1920: 17) nos dice algo parecido cuando afirma que este cambio no fue solamente negativo, que no sólo existe la decadencia y pérdida de tipos sino que también aparecen nuevos estilos y nos habla de los recipientes con forma de barril con un borde interno para sostener una tapadera cónica, enteramente copiada de los trabajos de cestería por otra parte. Estos tipos comienzan en la SD 64 ó 65 y continúan hasta la SD 77 (Tarkhan 2057) o la SD 80 (por ejemplo la figura 74 del Corpus -1019). Las altas jarras con toscas figuras de animales comienzan a aparecer en la SD 60 (como el tipo de la figura 78b del Corpus -1020) y son, obviamente, posteriores dado su burdo estilo. Otro nuevo tipo de “pinceladas” aparecen en dos o tres ejemplos, se trata de unos trazos, especies de “comas” (ver tipos 66b a 66p en Petrie, 1921: lámina XXXV -1021 y 1022-), que comienzan en la SD 69. 

Y ahora, habiendo visto ya, aunque de forma somera, la evolución temporal de los motivos decorativos de la clase Decorated o D-ware, veremos ahora los principales motivos siguiendo, más o menos, un orden bastante alejado del cronológico puesto que seguiremos el orden en el que Petrie los incluyó en su Corpus (1921: láminas XXXI a XXXVII –colocar enlace-) ayudándonos, eso sí, de las explicaciones que Vandier (1952) nos ofrece para cada uno de esos motivos pictóricos. 

a) Tipos del Corpus 1b, 1d, 1m y 1t (Petrie, 1920: 17; 1921: lámina XXXI; 1896: lámina XXXIII; -figuras 1023 y 1038), con la salvedad o aclaración de que el tipo 1b no aparece en el Corpus y debe tratarse del tipo 1a, diremos que se trata de imitaciones de piedra caliza, brecha, piedra “manchada” o moteada, usada a menudo para los vasos de piedra (Petrie, 1896: 40). Los dos primeros, 1a y 1d, presentan asas onduladas “salientes” mientras que los tipos 1m y 1t presentan asas perforadas. La imitación está mejor hecha en los dos últimos. El tipo 1d parece haber sido pintado desde tres direcciones diferentes; el modelo 1a está datado en la SD 63 de acuerdo con otros vasos encontrados junto a él; y el 1m recuerda a los modelos en piedra presentes alrededor de la SD 60. 

Otras imitaciones de la piedra, del mármol en este caso, aunque nos saltemos el orden seguido en el Corpus, son el cuenco 65 (Petrie, 1921: lámina XXXV -1024), perteneciente a la SD 63, y los recipientes 62, 63b y 63c, otras variedades de jaspeado (Petrie, 1921: lámina XXXVI; 1896: lámina XXXV; -1025), que van desde la SD 36 a la SD 71. Así pues, la imitación del mármol se utilizó durante casi todo el “segundo periodo”, Gerzeense o Nagada II. 

b) Los ejemplares incluidos con el número 2 del Corpus (1921: lámina XXXI, números 2d, 2k, 2n y 2s -1026) nos muestran recipientes con asas onduladas “salientes”, es decir, con relieve, y con dibujos basados en líneas, trazadas en diversas direcciones, transversales, longitudinales, rectas, inclinadas, etc. De esta forma el modelo 2k fue datado en la SD 52; las formas 2n y 2s, de acuerdo con las dataciones de las series de jarras Wavy-handled halladas junto a ellas, son, aproximadamente, de las SD 60-65, el estilo de los dibujos estaría de acuerdo con esas fechas relativas. Antes hemos hablado de la relación entre las clases cerámicas D-ware y W-ware por la similar pasta usada para su elaboración, el patrón de decoración del que acabamos de hablar, las asas onduladas que, siendo características de la cerámica Wavy-Handled, aparece también, como hemos visto, en varios tipos de la Decorated Pottery (Petrie, 1896: lámina XXXIII, 2 y 3; 1921: lámina XXXI, tipos incluidos en la numeración 1 y 2; figura 1026 y 1037) con lo cual hemos de tener presente una cierta relación entre ambos tipos cerámicos. Esta clase Decorada debe ser contemplada, en lo general, como cerámica importada ya que los motivos decorativos no han sido nunca encontrados en la distintiva cerámica local de líneas blancas sobre fondo rojo. La pasta y la coloración se diferencian igualmente de los otros tipos cerámicos, excepto de la clase W-ware y la conexión extranjera de esta última clase, ofrece las mayores probabilidades de que ambas clases fueran traídas como importaciones de lugares diferentes (Petrie, 1896: 40). 

El significado de estas líneas zigzagueantes, onduladas, rectas, horizontales, verticales o inclinadas y las bandas de líneas de los tipos que vemos en los modelos del Corpus de Petrie (1921: lámina XXXI –enlace a lámina) numerados del 2 al 12, parecen ser una copia de las líneas “retorcidas” de las cestas de caña, o redes, elaboradas para servir como fundas de los vasos de piedra y posibilitar su sujeción y su transporte sin las dificultades que debía suponer manipular los recipientes sin asas. El cuello y la base de estas “cestas”, acompañadas por bandas, se pueden ver, claramente, en las figuras 4a, 4b y 4c, donde las líneas aparecen cruzadas, o en 4d donde aparecen completamente separadas y estrechas; o continuas por todo el recipiente, como en 4e (Petrie 1896: lámina XXXIII que se corresponde con la figura 8c del Corpus, Petrie, 1921: lámina XXXI); o más cercanas como en las figuras 8a-8d (Petrie, 1896: lámina XXXIII que se corresponde con Petrie 1921: lámina XXXI figuras 10C-10L -1027, 1039 y 1040) o las figuras 68A y 70 (Petrie, 1896: lámina XXXV; 1921: lámina XXXVI -1041); o alrededor del recipiente pero horizontales, como las figuras del Corpus 8G-8P y 9C-9H (Petrie, 1921: lámina XXXI que se corresponden con Petrie, 1896: lámina XXXIII figuras 7a, 7b, 17a y 17b; -1042 y 1043), todas las cuales impiden por completo atribuir estos patrones de líneas onduladas a la imitación de vetas en la piedra. 

En los tipos numerados como 13 (Petrie, 1921: lámina XXXI, tipos 13c a 13w -1028), la forma original es la de cuerdas verticales alrededor del vaso, junto con alguna horizontal, unidas de forma que muestran cuadrados alternativos de “cestería cruzada” o “trenzada”, como si mostrasen la superficie del vaso entre las cuerdas. 

Similares diseños imitando cuerdas o “cestería cruzada” están en el origen de los dameros que muestran, por ejemplo, los tipos numerados como 29 (Petrie, 1921: lámina XXXII -1029) y cuando las cuerdas fueron olvidadas, los cuadrados mostrados por el cruce de las cuerdas, como en la figura 10n (Petrie, 1921: lámina XXXI -1030), fueron dejados aislados, sin separaciones, como en los ejemplos del tipo numerado como 12 (Petrie, 1921: lámina XXXI -1031). Estos diseños van degradándose con el paso del tiempo en grupos de líneas, sin significado alguno, y colocadas de forma irregular, como en el tipo 21d (Petrie, 1921: lámina XXXII -1032), perteneciente a la SD 75, y otras procedentes de Tarkhan que se extienden hasta la SD 80.

El propósito de los vasos dobles, como los tipos 14 (Petrie, 1921: lámina XXXI -1033), 33a (Petrie, 1921: lámina XXXIII -1034) o 43t (Petrie, 1921: lámina XXXIV -1035), es desconocido. Son siempre pequeños, como si hubieran sido utilizados en el aseo personal, posiblemente para contener algunos líquidos que habrían desaparecido por completo con el paso del tiempo.

Los vasos que muestran “manchas”, como los tipos denominados con el número 16 (Petrie, 1921: lámina XXXII -1036), podrían haber intentado imitar algunas piedras cristalinas. Estos tipos se extienden desde la SD 48 hasta la 60, en la segunda mitad del segundo periodo de Nagada por lo tanto.

Parece ser que todos estos diseños o modelos de líneas paralelas eran hechos mediante el sistema de sujetar un grupo de pinceles que variaban en número entre dos y cuatro, con el objeto de hacer más rápido el trabajo. Así podemos ver el resultado de usar dos pinceles juntos en la figura 21D (1044); tres pinceles en las figuras 5P (1045) y 24A (1046); o cuatro en la figura 27 (1047); y quizás seis en la figura 20M (1048); tres pinceles siguen siendo usados en el más tosco trabajo posterior, como en los ejemplos 25a, 25c, 26a y 26g (Petrie, 1921: página 18, lámina XXXII; 1049). De esta forma, las pequeñas ondas y trazos zigzagueantes son todos paralelos, imitando así las bandas del alabastro y otras piedras.

c) De momento hemos visto la mayoría de los tipos cerámicos incluidos en las láminas XXXI y XXXII del Corpus de Petrie (1921), ahora vamos a ver las espirales, motivos pictóricos que podemos ver en los modelos cerámicos que aparecen en la parte superior de la siguiente lámina del Corpus, la XXXIII. Las espirales han sido consideradas a menudo como imitaciones en piedra caliza de numulites (foraminífero fósil, con caparazón calcáreo en forma de moneda, cuyo diámetro alcanza, a veces, varios centímetros) que existen, en estado fósil, en la piedra calcárea. Reproducidos en vasos de tierra cocida, estas espirales habrían jugado el papel de dar la ilusión, o imitar con mayor exactitud, los vasos de piedra a los que estos recipientes de arcilla supuestamente imitaban. Petrie (1920: 18) critica esta teoría basándose en dos razones: supone, en primer lugar que, si la espiral imitase a los numulites se habría visto aparecer, en primer lugar, series continuas de espirales cubriendo una pared de los vasos, tal y como lo harían estos fósiles en la piedra, en lugar de ser las grandes espirales, que abarcan una pared completa, las que aparecen en primer lugar (ver fig. 229 de Vandier). El segundo argumento de Petrie es todavía más convincente ya que, si las espirales, dice él, imitasen a los numulites se habrían encontrado en la época prehistórica vasos de caliza “numulítica”. El hecho de que estos modelos no existan en el predinástico y que el vaso de “caliza numulítica” date del Imperio Antiguo, y de forma todavía aislada, prueba que su uso no estaba todavía generalizado. Y Petrie concluye que la espiral es, sin duda, un simple motivo ornamental, a menos que se trate de la imitación de una estera. Una explicación para estas espirales ha sido dada también por Frankfort (1924: 97) el cual supone que las espirales y las líneas onduladas imitan los recipientes de cestería que eran utilizados para transportar los vasos de piedra más valiosos. En opinión de Vandier (1952: 334) no es indispensable buscar una explicación para estas espirales sino que es suficiente con admitir, tal y como hace Petrie en una de las hipótesis que formula, que la espiral constituye, simplemente, un motivo decorativo (se pueden encontrar buenos ejemplos de espirales en Petrie, 1921, lámina XXXIII que, con mucha frecuencia, están asociadas a líneas onduladas). Los recipientes en los que aparece una gran espiral son los numerados como 31a, 31b, 31F y 31G (las minúsculas y mayúsculas se corresponden con lo expresado en el original) pertenecen a las SD 40 a 45 (Petrie, 1921: lámina XXXIII; 1050). El grupo de recipientes, numerados como 35, pertenecen a las SD entre la 40 y la 50 (Petrie, 1921: lámina XXXIII; 1051) mientras que la superficie continua de espirales, como podemos ver en los tipos numerados como 67 (Petrie, 1921: lámina XXXVI; 1052), es posterior, entre las SD 46 y 58. Como hemos dicho antes, si el origen de este diseño fueran los numulites, los dibujos de una masa continua serían más tempranos, en imitación de la realidad, y las grandes espirales independientes serían posteriores. La espiral, sin duda, parece ser más bien, una especie de mero adorno sin que nada tenga que ver con los fósiles de numulites, incluso podría tratarse de la imitación de un trenzado en espiral de una estera de junco o caña, aplicada a cada lado de un recipiente y unidos, en ocasiones, por medio de líneas onduladas, como sucede en el tipo 31a. Una variedad posterior era una línea ondulada en diagonal uniendo las espirales, tal y como sucede en los tipos 32L, 35n (Petrie, 1921: lámina XXXIII; 1053) y 67d (Petrie, 1921: lámina XXXVI; 1054) datados entre las SD 58 y 63.

d) A continuación vamos a ver una serie de dibujos formados por unos elementos vegetales que podríamos denominar como “plantas florecientes” y que son el principal motivo decorativo de los ejemplares 36a a 36H (Petrie, 1921, lámina XXXIII), se trata de una planta reproducida con mucha frecuencia sobre los vasos de la clase Decorated. Esta planta fue identificada por primera vez por el Dr. Schweinfurth (1897: 391-401), el célebre naturalista alemán vio reflejada en estos dibujos la planta del aloe y su opinión ha sido casi unánimemente seguida, lo que está claro es que la semejanza entre las plantas dibujadas en la cerámica decorada y las plantas del aloe son, en efecto, llamativas (Vandier, 1952: 334 y fig. 229). Los aloes pertenecen a la familia de las liliáceas y se presentan bajo la forma, tanto de pequeñas plantas sin tallo, como de grandes vegetales arbóreos. En este último caso las hojas comienzan a brotar casi en la base del árbol, las más cercanas al suelo son recogidas alrededor del tallo y parecen encerrarse en un círculo muy estrecho, el resto de las hojas afloran en gran medida a derecha y a izquierda y de su masa emerge un asta floral muy alta a lo largo de la cual están distribuidas las flores, sea en racimos,sea en espigas. Sin duda es esta última variedad la que está representada en los vasos Nagadienses (ver figura 229 de Vandier).

Hemos de destacar que los aloes representados en los vasos nagadienses no están representados nunca brotando de la tierra sino que lo hacen siempre de un recipiente, alrededor del cual cuelgan las hojas. Este recipiente tiene su base, a veces terminada en punta, como sucede en el tipo 36a (Petrie, 1921: lámina XXXIII), en otras ocasiones en una base plana, como la 36b o, por último, sucede también que este recipiente adquiere la misma forma que las cabinas que aparecen en los barcos, como veremos más adelante, por ejemplo tal y como sucede en la figura 36d. Sobre estos recipientes aparece un aro, a veces doble, que puede representar las hojas concéntricas alrededor de la base, desde este punto se eleva el largo tallo central, desde el cual van saliendo las hojas, y que finaliza con el asta floral, a lo largo de la cual se distribuyen las flores.

Como consecuencia de su resistencia, ya que se trata de una planta del desierto que puede sobrevivir en condiciones bastante secas, esta planta es contemplada en algunas culturas como un emblema de duración de la vida.

Junto al aloe aparecen a menudo ramas figuradas, de una clase indeterminada, como sucede en los tipos 36k o 36P y bajo los barcos en otros recipientes, como los tipos 43a, 43b o 44d. Estos vegetales los veremos más adelante en un grupo propio.

e) Respecto al ganado caprino hay poco que decir sobre este animal que aparece con bastante frecuencia sobre los vasos gerzeenses (Petrie, 1921: lámina XXXIV, 47-49). Petrie (1920: 16) identifica un gamo mientras que Baumgartel (1955, 72) piensa sobre todo en una cabra. Los cuernos, que son los elementos característicos de estos animales, pueden ser, tanto los de una gacela (o los de una cabra) como los de un órice u órix (Petrie, 1921: lámina XXXIV, 49F) pero la realidad es que no parece un gamo. Bien pudiera ser, no obstante, que los artistas gerzeenses no representaran siempre el mismo animal, impresión que dejan las propias imágenes. La representación de estos animales está asociada, a menudo, con las cadenas montañosas.

Los antílopes son representados desde la SD 40 en adelante, a veces junto al aloe (Petrie, 1921: lámina XXXIII, 36c), sobre los barcos (Petrie, 1921: lámina XXXIV, 47b, 47c o 47g), bajo los barcos (Petrie, 1921: lámina XXXIV, 47m) o en el reverso de un recipiente decorado con un barco como motivo decorativo principal (Petrie, 1921: lámina XXXIV, 46k).

f) Más tardíos que las espirales, los aloes, las ramas o arbustos y los motivos imitando la piedra, aproximadamente sobre la SD 45, comienzan a aparecer las figuras de barcos (ver Corpus de Petrie, 1921: láminas XXIII y XXIV; Vandier, 1952: fig. 2299). Se trata de uno de los motivos pictóricos más importantes del repertorio en la clase cerámica Decorated.

Pese a que casi se puede asegurar, de manera indubitada, que se trata de barcos, se han propuesto diferentes interpretaciones sobre la naturaleza de estas representaciones, algunas de ellas, por cierto, bastante poco probables, por no decir completamente inverosímiles. Por ejemplo se ha propuesto que los dibujos sobre los recipientes cerámicos representan fortificaciones, con dos bloques edificados, formando una especie de pilón de entrada y que los remos representarían ondas de arena (Petrie, 1920: 18). Incluso hay quien ha visto en estos dibujos una especie de “granjas” de avestruces, por los pájaros asociados a menudo con un lugar rodeado por una cerca. Durante un tiempo hubo opiniones encontradas sobre si se trataba de barcos o de otra cosa distinta. Sin embargo, los detalles están en contra de esta última interpretación. Representaciones similares (barcos o fortificaciones, según algunos) figuren también en los dibujos de la Tumba Pintada, número 100, Localidad 33, de Hieracómpolis, aunque en este caso sin remos. En resumen, los diseños de barcos son los más importantes, tanto por su variedad como por la luz que arrojan sobre el comercio de la época.

Cuando estos dibujos de barcos fueron descritos primero y dibujados después (Petrie y Quibell, 1896: 40-47 y láminas LXVI y LXVII) se levantaron, como hemos visto, algunas objeciones a la hora de identificarlos como barcos, pero el descubrimiento de barcos mucho más grandes y más elaborados en las paredes de la Tumba 100 de Hieracómpolis, Localidad 33, ha probado que tenemos aquí los barcos más tempranos conocidos hasta ahora. El número de remos asciende, a veces, hasta sesenta y sin suponer que estamos ante un dibujo extremadamente preciso, no deja de ser una muestra de que las galeras con varias docenas de remeros eran bien conocidas en aquella época. Los remos, en efecto, eran siempre muy numerosos, cincuenta o sesenta, y a menudo aparecen en dos grupos, separados por un espacio vacío y se representan tanto en sentido vertical como en sentido oblicuo aunque sucede a veces que los remos del grupo de la derecha están inclinados hacia la derecha y los remos del grupo de la izquierda lo estén hacia la izquierda. Por último decir que los remos no salen de lo que sería la borda sino que parecen hacerlo de la parte baja del casco.

Estos barcos estaban hechos con haces de papiro ensamblados, la proa y la popa están siempre más o menos elevadas y resulta excepcional la representación de un barco de fondo plano o casi plano (Petrie, 1921: lámina XXXIV, 47c, 48c), por último, la ligera curva en la extremidad de la proa no aparece nada más que muy raramente en la popa (Petrie, 1921: lámina XXXIV, 44P). En este sentido y sólo por descartar formalmente la teoría de la fortificación, diremos que las diferencias señaladas entre los dos extremos de las representaciones, que son completamente naturales en un barco, no tendría sentido incluirlas en los extremos de una fortificación. Los detalles muestran, de forma indiscutible, que se trata de barcos y no de áreas fortificadas, por supuesto que la teoría de que se trata de una granja de avestruces es todavía más inverosímil.

Los modelos de botes, serie de figuras 81 (Petrie, 1921), muestran algo de su construcción. Evidentemente no se trataba de meros “flotadores” de cañas ya que ellos son delgados y con un interior bien profundo. Tampoco se trataban de casetas o refugios ya que las diversas partes están claramente mostradas. Las líneas sugieren “nervios” o “nervaduras” longitudinales con bandas estrechas que van de lado a lado. El material no es obvio y no se puede saber. No había árboles con la corteza adecuada, o la cual pudiera ser dividida en láminas delgadas. Las esteras podrían haberse hecho más anchas para evitar juntas o uniones. Los paquetes de papiros no podrían soportarla presión del agua. Las pieles deberían ser más anchas. Estos modelos de botes son tempranos, en Nagada ellos pertenecen a las S.D. 32, 33 y 35 y tres de ellos a la 36. Un tipo posterior, la figura 80 del corpus, es de la S.D. 52 pintado con figuras de marineros entre las franjas Petrie, 1921, lámina XXIV).

Las características de los barcos sobre cerámica de los que se tiene noticia, comienzan con la proa. En efecto, las proas presentan siempre una o varias ramas o palmas, como en los barcos de la Tumba de Hieracómpolis, a veces aisladas pero, con más frecuencia, agrupadas en número variable (de 2 a 4) y, en este último caso, sucede que las ramas o palmas están unidas por unas “rayas” o “estrías” paralelas, bastante cercanas unas a las otras de forma que estas ramas están sujetas a cambios en sus dibujos (Petrie, 1920: lámina XIX a XXII). Generalmente hay una silla debajo de esa o esas ramas y, por lo tanto, Petrie supuso que se trataba de una especie de abrigo, pantalla o sombra para el vigía (Petrie, 1896: 48) aunque no deja de parecer más lógico que se tratase de un mero ornamento.

Estas ramas nos permitirían, según Petrie (1920: 19), datar los recipientes que las presentan, de esa forma y según él, en primer lugar, temporalmente hablando, aparece la rama sencilla o aislada que sería anterior a la SD 46 (Petrie, 1920: lámina XXXIII, tipos 40l, 40m, 41d); después aparece la doble rama, dibujada con rigidez, que se situaría entre las SD 46 (Petrie, 1920: lámina XXXIII, tipo 41b) y 50 (Petrie, 1920: lámina XXXIII, 46d); la rama triple, que no aparecen nada más que a partir de la SD 52, se mantienen dos SD, hasta la 53 (Petrie, 1920: lámina XXXIII, tipos 47a y 42k); por último, las ramas reunidas por estrías o cuadrados se extenderían entre las SD 45 y 63. De manera que el formalismo, el diseño de las ramas, progresa con el tiempo y nos sirve como una buena indicación de la edad para vasos sin ninguna otra fecha de referencia.

Podemos resumirlo así (Petrie, 1920: 19):

Rama Sencilla: antes de SD 46.
Rama Doble: antes de SD 46-50.
Rama Doble formal: antes de SD 46.
Rama Triple: antes de SD 52, 53.
Doble Cruz con Enrejado: antes de SD 45-63.
Dobles o Triples líneas cruzadas: antes de SD 52-63.

En algunas de las representaciones aparece en la parte delantera del barco un objeto suspendido en la proa y que no puede tratarse de otra cosa que un ancla.

La popa tiene a veces un gran remo de dirección o timón (Petrie y Quibell, 1896: lámina LXVII, 14 –con tres remos de dirección cada barco- y los barcos dibujados en la Tumba de Hieracómpolis).

En la parte media de los barcos aparecen siempre dos cabinas unidas mediante una especie de pasarela. En los dibujos de la tumba 100 de Hieracómpolis se muestra gran cantidad de material transportado en los techos de dichas cabinas. Bajo la pasarela, el pedazo de casco de la nave correspondiente está coloreado en rojo en los barcos de Hieracómpolis y ese espacio en rojo se corresponde con el espacio existente entre los dos grupos de remos en los dibujos sobre cerámica. Esto, probablemente, indica algún tipo de estructura en el lateral de los cascos, algún elemento que sirviera para poder colocar o disponer una pasarela hasta la orilla. De cualquier forma, el hueco entre los reos hubiera podido ser necesario para tener un camino limpio o claro cuando se desembarcara. Las cabinas, que están mejor y más completamente mostradas en los dibujos de la Tumba 100 de Hieracómpolis, tenían anexos de menor altura. En las esquinas también tenían unos lazos, posiblemente de mimbre cuya utilidad es desconocida pero es posible que sirvieran para sujetar los remos cuando estos fueran sacados del agua.

Sobre una de las cabinas, generalmente la trasera, está un alto mástil que sostiene una enseña o bandera, como veremos a continuación. Antes hemos de señalar que las cabinas que figuran en estos barcos plantean un problema ya que no se esperaría encontrar dos cabinas en barcos hechos de papiro y, si bien es cierto que los barcos de la época histórica soportaban regularmente las cabinas, éstos eran grandes barcos de madera y no simples “barcazas”. No obstante hemos de señalar la presencia de un considerable número de remos en las representaciones de barcos en la cerámica Decorated y, si ese número de remos no es puramente arbitrario y alejado de la realidad, los barcos nagadienses debían ser más grandes que lo que podríamos imaginar en un primer momento. Por otra parte, hemos de pensar que estos barcos constituían para sus propietarios el mejor medio de transporte del que disponían para desplazarse y, por lo tanto, debían estar preparados para transportar grandes cantidades de material o de personas por lo que no sería extraño que, en efecto y dado su tamaño, dispusieran de esas dos cabinas tal y como lo hacían los barcos en época histórica.

En cuanto a las enseñas que aparecen en lo alto de los mástiles de los barcos diremos en primer lugar que el uso de enseñas de puertos en barcos fue bien conocido después, tal y como Estrabón nos describe al relatarnos cómo la enseña del caballo de Gades era reconocida cuando se encontraba en el Océano Índico. Que esas enseñas son esencialmente signos de puertos, clanes o nomos, por ejemplo como lo son las letras en las velas de los barcos de pesca en la actualidad, está indicado por las dos, tres, cuatro o cinco colinas (Petrie, 1920: lámina XXIII, figura 5, tipos 18 a 21). Estos no son conocidos como signos de ninguna deidad ni es probable que sean marcas personales de los propietarios. Sin duda, algunas de estas enseñas son emblemas religiosos, como la enseña 16 de la figura que acabamos de citar, que es el emblema de Ra, o el emblema 28 de Neith, o el 32 de Min, pero éstas debían ser adoptadas como signos de puertos donde estas deidades eran adoradas. Petrie (1920: páginas 19-20 y lámina XXIII: 5) ha reunido las diferentes enseñas que figuran sobre los vasos gerzeenses (ver figuras con las representaciones, 231 de Vandier, 1952 y Petrie). Las identificaciones propuestas por Petrie son las siguientes:

1.- Silueta humana, parecen ser las espaldas y brazos de un hombre levantando el brazo.

2.- Elefante, que aparece ocasionalmente en tiempos predinásticos lo cual demuestra que este animal era conocido en el Nilo y también en el norte de África.

3.- El Halcón sobre una base curvada, tal y como es visto, posteriormente, en Hieracómpolis como emblema real. Este Halcón sobre un “creciente” se mantuvo también desde la I hasta la VI Dinastía (Petrie, 1901: 15).

4 a 8.- Uno, dos o cuatro pares de cuernos conjuntados de diversas formas. El 4 es una variedad de cuernos de buey y en forma de lira, sólo se encuentra una vez. El 5 quizás sea el signo más común, se trata de dos pares de cuernos. El 6, puede ser una variedad del anterior pero mal dibujada. El 7 representa probablemente cuatro pares de cuernos colocados alrededor de una base cuadrada. Los cuernos curvados hacia el interior no son usuales entre los jeroglíficos egipcios.

9 a 12.- Aloes.

13.- Flores de aloe. El emblema 13 podría ser una flor separada, aunque más bien parecen unos cuernos. Las frecuentes figuras del aloe sobre la cerámica, así como esas insignias, parecen conectadas con las ideas todavía restantes en el moderno Egipto. El aloe es un emblema de vitalidad y larga vida y, como tal, es colgada en las puertas de las casas donde puede vivir durante años sin tierra o agua. De la misma forma simbólica se colocan a menudo en recipientes sobre las tumbas. Está indicado para evitar que los espíritus diabólicos entren en una casa. Más aun, la madera del aloe es usada para quemarla y “fumigar”, especialmente a los visitantes cuando abandonaban la casa, con la idea de proporcionar una protección frente a males venideros. El aloe, como signo de ciudad, sería apropiada a cualquier lugar donde creciera libremente.

14 a 15.- Planta (identificación propuesta con reservas).

16.- Sol.

17.- Sol o cabeza de maza.

18 a 21.- Colinas. Los emblemas 18 a 21 representan grupos de colinas y se trata, evidentemente, de signos locales, particularmente apropiados para puertos, tal y como serían vistos en la distancia. Parece poco probable que cuatro o cinco colinas pudieran ser el signo de cualquier lugar en el Valle del Nilo donde las colinas son, casi siempre, de un nivel de meseta con valles ocasionales. Tampoco pueden referirse a la costa plana del Delta. Sería más bien alguna parte de la costa de Siria o norte de África donde ese número de colinas podían ser encontradas juntas aunque, evidentemente, no dejan de ser conjeturas. Las enseñas con colinas, entre 2 y 5, pertenecen a la SD 40 según Petrie (1901: 15).

22 a 27.- No se ha propuesto ninguna identificación. El emblema 22 difiere de los otros en que se encuentra sobre un doble mástil. Su naturaleza es desconocida, como también sucede con los signos siguientes, 23 a 27. Los emblemas 24 y 25 son encontrados también en paletas de pizarra y como marcas en recipientes cerámicos.

28.- Líneas cruzadas, muy semejantes a las flechas cruzadas de la diosa Neith, como las que aparecen en la I Dinastía (Petrie, 1901: 15).

29 a 30.- Arpones. Estos emblemas son arpones, usados desde los tiempos prehistóricos tempranos. Para alguna estación o puerto pesquero éste podría ser como un símbolo.

31 a 32.- Enseña del dios Min. Los signos 31 y 32 consisten en dardos, el primero de punta sencilla y el segundo de punta doble, con los extremos duplicados. Este signo es encontrado también como marca en recipientes cerámicos. Los signos con los extremos sencillos son como el signo en relieve hallado en una pizarra en el-Amra perteneciente a la S.D. 58 y la forma doble, los dos extremos dobles, es como el de las figuras en relieve de la estatua de Min en Coptos. En ambos casos los emblemas sobre el mástil parecen ser destinados para el dios Min. Por lo tanto los signos 31 y 32 pueden ser acreditados por la misma conexión. Min, como dios del desierto, podía ser adorado en cualquier costa del desierto. Este dios parece haber sido originalmente traído de la tierra de Punt por el camino de Coptos.

Algunas enseñas no han sido identificadas y otras lo han sido pero con reservas. Varios de estos signos son conocidos por ser estandartes o enseñas de nomos, pero las excepciones son relativamente numerosas.

No parece, por lo tanto, que estos signos sean completamente distintivos del río o del mar, las colinas favorecen su pertenencia a los puertos del mar y la ausencia de cualquier signo de nomo conocido, o los comunes cocodrilos, hipopótamos, palmeras u otros productos egipcios, está en contra de que estas enseñas pertenecieran a las ciudades del Nilo.

Es sorprendente encontrar varios signos en la misma forma exactamente en la cual serán usados más tarde en Egipto, tal y como sucede con el halcón sobre el “creciente” (línea en forma de media luna –tipo 3); el círculo con un punto central para representar el sol (tipo 16); y las flechas cruzadas de Neith (tipo 28), todas ellas aproximadamente en la S.D. 50. De forma similar, entre las marcas en los recipientes cerámicos está la planta del sur, la corona del Bajo Egipto y el estandarte del halcón y plumas de avestruz. Esto implicaría que una buena parte del sistema de vida del Egipto histórico, habría llegado a través de las épocas prehistóricas, aunque la escasez de materiales de esos largos periodos sólo muestra algunos fragmentos de la historia. La principal cuestión a ser resuelta es dónde estaban comerciando estos barcos ¿estaban destinados sólo para el tránsito en el Nilo o lo estaban para el tráfico en los mares Mediterráneo y Rojo? El uso de gran número de remos juega en favor del tráfico marítimo. En el Mediterráneo, en todas las épocas antiguas, las galeras de remos han sido los barcos más confiables. Los encontraremos como la principal fuerza de combate desde Ramsés III hasta Luis XIV. Por el contrario, los remos no eran tan útiles en el Nilo ya que la corriente puede ser superada por la energía del viento y los remos sólo aparecen para cruzar una corriente de agua o raramente para ayudar en el descenso de la corriente. En el Mar Rojo, los remos podrían ser muy necesarios para prevenir los arrecifes de coral. La evidencia de signos de muchas colinas en los puertos juega a favor del tráfico marítimo, más que del fluvial por el Nilo.

Para finalizar con los barcos diremos que existen dos recipientes cerámicos dignos de ser mencionados, ambos aparecen en la lámina XXI, Petrie, 1920. El número 45m tiene tres barcos en él y sobre cada uno hay un signo en relieve en la cerámica (marcados por una línea fina rodeándolos) y pintadas en rojo sobre el relieve. Estos signos son el arpón, el cocodrilo y el creciente. No hay ninguna conexión entre estos signos y los emblemas de los barcos que están bajo ellos. El otro vaso notable es el que tiene dibujado un barco movido por unos palos (que no exactamente remos) con sus extremos exteriores acabados en punta (Petrie, 1920: lámina XXI, 46k), y que no son utilizados para remar, propiamente dicho, sino para empujar ya que los extremos interiores están sujetos por las manos de los remeros, pero a la altura de los hombros, como si estuvieran empujando y no remando, como las pértigas utilizadas también en la actualidad. Se asemeja a los barcos del Nilo en que también muestra una fila de cabinas en su cubierta, éstas parecen estar ocupadas por mujeres y dos de ellas permanecen fuera de esas cabinas, en la proa. Parece representar un barco de placer de algún jefe con su harén a bordo para “tomar el aire”. No sólo es único el dibujo de este bote, sino que en el otro lado del recipiente hay algunas figuras de gacelas y flamencos dibujados con una delicadeza y espíritu inusuales.

Explicación de las láminas LXVI y LXVII de Petrie, 1896, página 48:

Estas copias fueron trazadas directamente de los vasos en papel de calco y entonces reducidas mediante fotografías de forma que los detalles pudieran ser puestos de relieve.

La número 1 Petrie y Quibell, 1896: lámina LXVI; Petrie, 19221, lámina XXXVII, nº 80) es un lado de un modelo de bote, mostrando que esa gente estaba acostumbrada a remar con muchos remos en cada lado.

Los botes, barcos o galeras, los cuales son mostrados en muchas de esas pinturas (2-14) son de un tipo con muy ligeras variaciones entre ellos. Hay una gran diferencia de altura entre la proa y la popa y la parte central de la nave. Una rama es colocada en la proa para dar sombra al vigía, dos cabinas están en el centro del barco. Una enseña en un palo alto está tanto entre las dos cabinas o, más generalmente en la cabina posterior. En los ejemplos más completos hay una cuerda atada en la parte delantera (10, 13, 14) y tres largos remos de dirección en la popa (14). Esto último muestra eficazmente que este objeto es un bote y no una especie de empalizada, valla o recinto, como podía se supuesto. Si se trata de un bote o barco de mar o de río es importante. Los botes del Nilo han trabajado siempre, principalmente, con velas y las velas fueron usadas desde la IV Dinastía en adelante en una forma bien desarrollada. Por otra parte, galeras de remos han caracterizado la navegación por el Mediterráneo, el poder de propulsión más segura en este mar han sido siempre los remos y las galeras de la fuerza naval bajo Ramses III, en Salamis, en Actium, de la Republica Veneciana, de los corsarios de Argelia, de la marina francesa, muestran que los remos eran, generalmente, más importantes que las velas. Por eso nos referimos a estas galeras como más propias del Mediterráneo que del Nilo.

Los materiales y los métodos de elaboración de esta cerámica decorada eran completamente diferentes de aquellos empleados, por ejemplo, con la cerámica “White- Cross Lined” la cual fue hecha en el Valle del Nilo y, por lo tanto, podría existir la posibilidad de que este tipo cerámico hubiera sido importado a Egipto desde alguna otra parte.Las insignias de los barcos son interesantes, la más contundente es la del elefante (en la figura 14), la cual muestra que es en la costa africana o quizás en el Mediterráneo, más que en el Mar Rojo, donde debemos buscar.

Los dos pares de cuernos aparecen en 7,11 y 12.

La rama en 9 y 10.

El arco y la flecha en 5 y 9.

Los cuatro escorpiones en 6 y 10.

La forma “Z” (¿quizás un rayo o un relámpago?) en 3, 7, 8, 11 y 12.

El signo del rayo (¿?) en 6 y 8.

Los signos de las dos colinas:

- De dos colinas en 2, 4 y 5.
- De tres colinas en 8, 12 y 13.
- De cuatro colinas en 10.
- De cinco colinas en 13.

Estos signos de colinas indican el propósito de estas enseñas, ellas eran locales más que personales. Ningún individuo podría, probablemente, tomar un número de colinas como su marca, pero las ciudades asociadas a estas enseñas serían, muy probablemente, conocidas como los puertos de las “dos colinas” o de las “cinco colinas”. Como ya hemos adelantado antes, es sabido que las enseñas eran usadas en el comercio en el Mediterráneo a raíz del cuento de Estrabón en el que el signo de un barco encontrado en el Mar Rojo fue colocado en el mercado de Alejandría para su identificación, y allí fue reconocido por un marinero de Gades ya que el signo de un caballo parece que fue la insignia representativa del puerto de Gades. Aunque estamos ante un ejemplo particular, es posible que pudiéramos generalizar en la función de las enseñas presentes en los barcos de los vasos de la clase D-ware.

Junto a las galeras podemos ver también lo que parecen árboles o ramas, las cuales están generalmente bajo aquellas, esto es, en el primer plano de la vista. Alguno de estos árboles tiene una o dos largas ramas que salen de su parte media y siempre tienen una base separada del suelo, como si estuviera en una caja, pozal o tiesto.

Un extraño objeto, que parece casi como un mástil y vela, está situado bajo los barcos en 6 y 9 y aparece, de nuevo, en 8 y en 10.

En 6, 9 y 10 tienen refugios o cabinas en cada lado. Filas de colinas son mostradas representadas por una línea de triángulos en 13, 14, 16 y 17, que se trata de colinas es lo más probable ya que sobre ellas están los pies de los hombres y las patas de los animales, como sucede con estos últimos en las colinas que aparecen en las estatuas de Min en Coptos.

Los hombres son dibujados llevando un corto taparrabos atado con un nudo en la parte delantera (ver 1,4 (ó 5), 7 y 17) mientras que las mujeres son distinguidas por sus esbeltas cinturas y las grandes caderas en 8 y 14. El último ejemplo, con las manos elevadas sobre la cabeza es como la actitud de la figura tatuada mostrada en la lámina LIX, 6. En cuanto a los animales hay dos variedades de ciervos, una con cuernos curvados (2, 15, 16), el otro con cuernos en espiral (11, 17) y el avestruz, que es el más común de todos y es mostrado en grupos.

Para prevenir errores debe hacerse notar que los parches cuadrados de líneas paralelas o cruzadas entre los botes, en muchas de estas jarras, es el diseño de la proyección del asa, que no tiene, probablemente, conexión con las escenas.

El dibujo 18 es el diseño de un cinturón de cuero, cubierto con un fondo blanco y bordes negros, puede tratarse de la imitación de una fila de pieles de algunos animales pequeños.

g) Los Flamencos, justo después de la aparición de diseño de barcos sobre los recipientes cerámicos, comienzan a ser dibujados los grupos de flamencos en la SD 46, tal y como aparecen en los modelos 41m, 45m, 46j, 53d, 55a y 55b (Petrie, 1921: lámina XXXIV). Al principio fueron identificados como avestruces pero, como se ha aceptado de forma general, se trata sin duda de flamencos. Estas aves de pantanos o marismas muestran que el Delta es bien conocido por los diseñadores de cerámica y ello puede explicar otra parte del diseño, los grupos de líneas horizontales con un ángulo o flexión en ellas, tal y como aparece sobre los flamencos en la figura 45m (Petrie, 1920: lámina XXI, 45m; 1921: lámina XXXIV, 45m) ya que Petrie (1920: página 20, apartado 43) opina que esas líneas podrían tratarse de bandadas de flamencos en vuelo, de forma que las zonas rectas serían las alas mientras que, la curvatura o ángulo formado en su zona media, sería el cuerpo y cita el recipiente 41m (1921: lámina XXXIII, 41m), todo ello dibujado desde el punto de vista de un observador que viera la bandada de frente, yendo hacia él. Los pájaros, raramente aislados, aparecen siempre en cantidades variables. Los flamencos aparecen siempre muy estilizados, y nunca en actitud de “marcha”. Sólo en uno de los casos, los pájaros adultos aparecen junto a sus pequeñas crías (Petrie, 1921: lámina XXXV, 55b). En otro caso, el cuerpo del animal, en lugar de estar enteramente recubierto de pintura, estaba estriado o rayado, como sucede habitualmente en la primera época de Nagada, pero este detalle es extremadamente raro en el gerzeense.

h) Un desconcertante objeto de tipo artificial es mostrado bajo los barcos en las figuras 41d, 41j, 41m, 41n, 41s, 41u y 48c y en uno de los lados del barco, siempre en la parte inferior, en las figuras 43a, 43b, 45b y 47g (Petrie, 1921: láminas XXXIII y XXXIV), es uno de los motivos pictóricos más curiosos y enigmáticos (Vandier, 1952: figura 234). Este diseño parece no ser encontrado excepto junto a barcos. El objeto en cuestión se presenta bajo la forma de un rectángulo cuyos lados pequeños están escotados y cuyos lados largos son raramente rectos y diseñan generalmente una curva cóncava (Petrie, 1921: lámina XXXIII, 41s) y parece estar sujeto con cuerdas en la parte superior de un poste (ver figuras del corpus citado números 41j o 45b), pero este poste sobrepasa sensiblemente el rectángulo, tanto por arriba como por abajo. En su parte superior, que en ocasiones aparece ahorquillada o bifurcada, este poste está provisto a veces de un anillo simple o doble (Petrie, 1921: lámina XXXIII, 41m o 41u). Por otra parte, el rectángulo está claramente suspendido del poste por cuerdas (Petrie, 1921: lámina XXXIII, 41b). Parece ser algún tipo de material flexible, aparentemente sujeto por palos diagonales y dibujados a lo largo de los lados con un contorno curvado. El interior del rectángulo está ocupado por una serie de estrías paralelas agrupadas y orientadas de diversas formas sin que se sepa si estas estrías son meramente decorativas o si pudieran tener alguna utilidad práctica. Este objeto ha sido identificado como un escudo por varios autores (Schweinfurth, Boreux o Capart), pero esta tesis pronto fue descartada ya que, en caso de que así fuera ¿qué papel jugaría el poste situado en medio del rectángulo?, ningún escudo tendría un palo o poste proyectado más abajo del propio escudo o ser colgado de un poste por su parte superior. Como está casi siempre asociado con barcos, hay una fuerte tendencia a considerar que se trata de una vela (Petrie, 1920: 21), quizás de estera colgada de un mástil, ya sea de forma temporal o provisional, que se podría replegar o desmontar cuando no fuera necesaria. Generalmente, este objeto tiene a ambos lados sendas pequeñas cabinas, como las que se pueden ver en la propia nave (Petrie, 1921: láminas XXXIII y XXXIV, figuras 41m, 41n, 41s, 41u, 43a, 43b, 45b y 48c). Quizás esto quiera indicar que estaría situado entre las cabinas, sujeto a una de las cabañas. La gran dificultad de este punto de vista es que en ningún caso se muestra este diseño sobre el barco, lugar que le correspondería de ser cierta la teoría de la vela. Quizás debido a su pequeño tamaño y a que sólo se utilizaba ocasionalmente, no era contemplada como parte del barco sino como un elemento móvil. La hipótesis de que se trate de una vela parece la más razonable, no obstante, existen también serias objeciones. En efecto, podríamos preguntarnos ¿para qué sirven esas especies de “varillas” que son representadas habitualmente sobre estos objetos?, está claro que no parecería útil una vela que estuviera instalada sobre una especie de marco rígido pues es necesaria una cierta flexibilidad de la tela para que el viento pueda hacer avanzar el barco y no está nada claro que esta técnica hubiera sido descubierta ya en la época Gerzeense.

i) La serie de triángulos: (figura 232 de Vandier) Supervivientes del Amratiense, las series de triángulos, en el gerzeense, son adaptadas a la nueva moda. Los triángulos son rellenados de color y son, casi de forma regular, yuxtapuestos. A veces acompañados de líneas onduladas ellos encuadran también a animales (Petrie, 1921: lámina XXXV, 55), o forman la única decoración del vaso a menos que sean interrumpidos por un árbol (Petrie, 1921: lámina XXXV, 59M) o por un barco (Petrie, 1921: lámina 51B). Estos triángulos han sido interpretados como cadenas de colinas o montañas y se han querido explicar (Petrie, 1901: 16) como un intento de representar el paisaje con ese conjunto, tan frecuentemente repetido, de colinas y de líneas onduladas, que representarían el agua, y los animales caprinos y flamencos. Quizás se intentara representar, en esas escenas, una parte importante de la vida económica de los gerzeenses, los barcos representarían a esos que estaban encargados de transportar las mercancías del tráfico costero y los otros motivos podrían representar lo que la tripulación veía desde el barco. Normalmente los artistas gerzeenses se preocupaban poco de construir una escena. Los pocos ejemplos que no siguen esa regla, si no son debidos al azar, deben ser tenidos por excepciones.

j) Las líneas onduladas y otros motivos simples: las, líneas onduladas, unas veces asociadas a otros motivos, como la espiral y las series de triángulos, son representadas solas con mucha frecuencia. Hay quien ha supuesto que estas líneas onduladas representan la arena del desierto aunque también nos pueden recordar a las ondulaciones que una ligera brisa diseña sobre la superficie de una cuenca de agua. No obstante parece más lógico pensar que esas líneas onduladas simbolizan el agua, como lo han hecho siempre en el arte egipcio. Estas líneas onduladas pueden aparecer tanto aisladas (Petrie, 1921: lámina XXXIII, 32L o 35a) como agrupadas y, en este caso, aparecen tanto en sentido horizontal como vertical (Petrie, 1921: lámina XXXIII, 31G, 36K o 41U) e incluso también oblicuo. También sucede, aunque más raramente, que las líneas onduladas estén dispuestas de manera que dan la impresión de formar una especie de cesta (fig. 233 de Vandier).

Las filas de “eses” (S), como en las figuras 41a, 41u o 45b (Petrie, 1920), varía en posición a una “ene” (N) invertida. Ha sido sugerido que son una degradación del vuelo de aves y esta parece ser la única explicación de ellas. Los semicírculos concéntricos de líneas onduladas, como podemos ver en 45b, 47c, 50a, 50b o 59p (Petrie, 1920) están todavía inexplicados. Estas líneas sólo aparecen en ollas anchas, usualmente con pequeños salientes triangulares como suspensores, como en los recipientes 45b, 50a, 50b o 59p. Estos dibujos parecen representar algo conectado con la forma del recipiente, más que con el propio diseño dibujado. ¿Se trata de posibles desarrollos a partir de lazos para transportar el recipiente, sujeto a los suspensores y colgándolo entre ellos? La jarra 59t ha tenido, aparentemente grandes asas circulares entre los suspensores salientes, ellos se habrían roto y los “muñones” mostrarían su desgaste donde aparecen las partes sombreadas.

Entre los demás motivos simples deben citarse las “manchas” o puntos de diversos tamaños que aparecen sobre toda la superficie del vaso con el fin de imitar el grano de la piedra dura (fig. 233 de Vandier); la estrella de cinco puntas; los grupos de tres trazos más o menos largos (fig. 228 de Vandier) y a veces onduladas; una especie de “enrejado” dispuesto en registros verticales; y por último el damero recubriendo completamente el vaso (fig. 233 de Vandier; Petrie, 1921: XXXII). A veces este damero está combinado con el enrejado (fig. 232 de Vandier; Petrie, 1921: lámina XXXV, 55B). Por fin, algunos vasos están parcialmente adornados con motivos indeterminados, teniendo, a veces, la apariencia de semicírculos o de “crecientes” (fig. 233 de Vandier).

k) Los árboles: A diferencia del aloe, las plantas en cuestión en este apartado no están identificadas. Scharff habla de un “adorno en forma de abanico”, Bissing, por su parte, propone ver una mariposa pero esta hipótesis es vivamente combatida por Keimer que publica un ejemplo donde se puede ver un flamenco encaramado sobre uno de estos motivos artísticos (fig. 245 de Vandier), es evidente que un pájaro, por muy pequeño que fuera, no podría estar sobre una mariposa y que la hipótesis de Bissing debe ser abandonada. Keimer concluye que el motivo representa con certeza una planta, esta era ya la opinión de Naville, de Capart y de Petrie (1920: 18). Pero mientras Petrie creía que la planta debía ser identificada como un arbusto, los otros autores veían, bien un árbol en general o, de forma más precisa, un sicomoro. Si bien es cierto que la planta representada sobre los vasos gerzeenses, con sus ramas regularmente dispuestas en “V” y su contorno (fig. 234 de Vandier), recuerdan mucho las representaciones de sicomoros se debe hacer notar que las ramas de estos diseños parten de la misma base del tronco, lo cual es contrario a la realidad ya que las ramas del sicomoro comienzan a brotar a una cierta distancia del suelo. Keimer duda entre el árbol y el arbusto mientras que sólo una cuestión está clara para él, que se trata de un motivo vegetal. En un caso, la planta en cuestión presenta cierto número de arbustos o ramas que parten del contorno, formado por las propias ramas del árbol (Petrie, 1921: XXXIII, 36P), dos de estas ramas “adicionales” están situadas en la parte superior del árbol y se abren en forma de “V” con las ramas bastante inclinadas, las otras cinco ramas (dos a la derecha y tres a la izquierda) se “escapan” de la periferia más o menos perpendicularmente. Otras plantas sobre este mismo vaso presentan las mismas particularidades.

l) Motivos indeterminados: Se trata de una serie de motivos decorativos que recuerdan tanto a una “Z”, como a una “S”, como una “N”, como a una “ε” vuelta (fig. 234 de Vandier). Capart piensa que estos signos, que están frecuentemente agrupados, no son nada más que una forma abreviada de una serie de avestruces y que deben parecerse a los pájaros que decoran ciertos peines y ciertas agujas de época prehistórica. Petrie (1920: 21) propone ver, en estos signos agrupados, el vuelo de pájaros de una forma estilizada (Petrie, 1921: lámina XXXV, 59T).

m) Los personajes: Es muy raro que seres humanos sean representados sobre vasos de esta clase. Los vasos decorados con personajes cuentan, evidentemente, entre los más importantes y, por lo tanto, tendrán un apartado especial en el que serán tratados también aquellos vasos que, aun no mostrando seres humanos, son particularmente curiosos.

Así pues y a modo de esquema recordatorio, siempre de acuerdo con Petrie (1901: 15), citaremos los principales tipos de dibujos y sus rangos temporales relativos, que son los siguientes:

Diseños imitando “cordajes” 31-63.
Jaspeados, imitación de piedras 36-63.
Espirales en vasos verticales 40-52.
Espirales en vasos “achaparrados” 39-64.
Aloes 40-54.
Barcos 40-63.
Vasos con tres asas y barcos 46.
Vasos con tres asas y avestruces 46-53.
Colinas 46-56.
Manchas o especies de salpicaduras 47-71.
Líneas onduladas paralelas en cortos grupos 61-75.

Ahora veremos una serie de vasos decorados con personajes o bien merecedores de ser destacados por ser particularmente curiosos:

1º) Procedente de la tumba E-340 de Abidos (Cementerio E), del tipo 2a de la clasificación proporcionada por Naville (1914, páginas 12 y ss.) tenemos un pequeño vaso decorado con una escena particularmente simple (Naville, 1914: pág. 17 y láminas III, figura 4, y V; figura 235 de Vandier; Baumgartel, 1955: figura 29). Seis cabras, ya que se trata probablemente de cabras y no de gacelas tal y como nos dice Naville en su descripción de la tumba, son conducidas por un pastor que tiene un bastón en su mano izquierda. En la parte inferior se encuentran una serie de triángulos yuxtapuestos y, por encima de cada una de las cabras, dos símbolos que recuerdan a nuestra “N”. Vandier (1952: 347-348) se pregunta si debemos interpretar que la escena se produce en una región montañosa donde vuelan pájaros por encima del grupo formado por el pastor y las cabras. La silueta del hombre está realizada con habilidad aunque la cara no está detallada, pero es la regla en esa época y la actitud está bien representada.

2º) El segundo ejemplo es un fragmento sobre el que aparecen representados dos hombres cogiéndose de la mano (Brunton y Caton-Thompson, 1928: lámina 70, 6; Baumgartel, 1955: figura 31; Vandier 1952: figura 247).

3º) El tercero se trata de un vaso rojo con decoración blanca, un vaso que, en principio, debería pertenecer a la primera civilización de Nagada (Scharff, 1928: lámina XXVI; Vandier, 1952: fig. 227). La forma del vaso, vagamente cilíndrica, con un cuello cuyo diámetro es ligeramente reducido respecto al cuerpo y un fondo plano, junto con el color blanco de la pintura están a favor de mantener esta primar conclusión. Sin embargo, si nos atenemos a los elementos incluidos en la decoración, vemos que se trata de una decoración manifiesta y exclusivamente gerzeense. La teoría de Scharff es que el vaso lo elaboró un artesano amratiense mientras se ejercitaba en la reproducción de los motivos decorativos gerzeenses en cuyo caso se podría pensar, tal y como lo hace Scharff, que las dos primeras civilizaciones de Nagada coexistieron durante algún tiempo.

4º) El cuarto es un vaso nagadiense típico, señalado por Baumgartel (1955: lámina 9, 3-4; Vandier, 1952: figura 236) se trata de un recipiente nagadiense que reúne las características habituales además de las peculiaridades que lo hacen merecedor de tratamiento aparte. El registro inferior del vaso está integrado por un conjunto de aves zancudas, flamencos probablemente, y por signos “ε” girados a la izquierda (buscar en Baumgartel las imágenes de esta jarra ya que posiblemente haya dos cabras o gacelas). Las aves están separadas por una cabra o una gacela cuyas patas, sobre todo las posteriores, fueron dibujadas como un “sacacorchos”. La jarra presenta, en la parte superior de este animal una serie de seis signos que recuerdan nuestra “M” mayúscula. En la parte central del recipiente aparecen dos bellos ejemplos de los habituales barcos nagadienses, separados por una especie de “rejilla” y por un grupo de signos que podrían recordar a nuestra “Z” mayúscula (Vandier, 1952: página 349). Por encima de uno de los barcos se encuentran tres personajes que podemos pensar se encontrarían a bordo del barco. Uno de ellos sujeta en su mano izquierda lo que probablemente sea un remo mientras que los otros dos sujetan sendos objetos en sus manos pero no han podido ser identificados. Elise Baumgartel señala, a propósito de este recipiente, que la mayor parte de los motivos que aparecen han sido tomados de la naturaleza pero que el artista no parece tener la intención de reproducir la “vida real” (Baumgartel, 1955: 81) lo cual equivale a decir, tal y como ya lo había hecho Frankfort (1924) que el diseño gerzeense tiene un carácter esencialmente abstracto.

5º) En quinto lugar tenemos este curioso vaso (que podemos ver en: Baumgartel, 1955: lámina 11; Scharff, 1928: página 263, fig. 2; Petrie y Quibell, 1896: lámina LXVII, 14; Vandier 1952, figura 237), procedente de la tumba 454 de Nagada y que presenta una serie de curiosas anomalías que merecen ser remarcadas. En primer lugar, los barcos parecen haber sido construidos más sólidamente de lo habitual; los tres remos de gobierno o timones se distinguen claramente de los remos utilizados para mover el barco; los barcos están provistos de un ancla, detalle que si bien no es excepcional sí que resulta cuanto menos raro; las enseñas representan un elefante siendo éste el único vaso encontrado en el que aparecen las enseñas coronadas por un elefante; las cabinas, que nos recuerdan cabañas, están unidas por una barra en cuya parte superior aparecen dos especies de arcos semicirculares o lazos que se encuentran también sobre tres de las cuatro cabinas que disponen entre los dos barcos. Mientras que en la mayoría de los demás barcos nagadienses, las cabinas sólo disponen de dos de estos semicírculos y no de tres como presentan en este caso, lo habitual es que estos dos “lazos” aparezcan uno en cada uno de los extremos del techo y no en medio del mismo como sí sucede aquí; la planta del aloe tiene dos tallos, esto que sería raro sin ser único, se convierte en extraordinario si nos fijamos en que en la intersección de los dos tallos aparece una especie de flor que no se encuentra en ningún otro recipiente; los animales, en lugar de estar completamente rellenados de color, como es típico del gerzeense, son hechos a base de estrías en la superficie cerámica, como en la primera época de Nagada y esta técnica, en el gerzeense es extremadamente rara. Uno de esos animales es particularmente curioso, parece una hoja lanceolada montada sobre lo que serían las patas de un pájaro; un curioso objeto aparece sobre la parte delantera del barco de la izquierda, para Baumgartel (1955: 82) se trata de los restos de un animal o de un animal vivo, pero eso sí, curiosamente estilizado mientras que para Boreux (1908) se trata de un escudo, aunque este mismo autor ha identificado en la misma obra, objetos semejantes como una vela. El último motivo es, sin duda el más interesante, se trata de dos danzantes o bailarines representados, no de perfil como sería habitual, sino de frente. Los brazos están elevados por encima de la cabeza y se curvan de forma que las manos acaban tocando los cabellos. Los pies están juntos y la pelvis está bastante desarrollada, el talle, bien marcado, se expande para formar el busto. La danza parece estar hecha, sobre todo, de gestos y de actitudes, más que de movimiento, no es imposible que tuviera un carácter ritual. Scharff, ante las anomalías que hemos señalado, afirma de nuevo que puede tratarse de la obra de un artista amratiense ejercitándose en la técnica gerzeense, pero incluso Vandier (1952: 351) afirma que eso parece poco probable ya que, como señalan Baumgartel (1955) y Boreux (1924) se trata de una obra relativamente tardía, contemporánea, más o menos, de la Tumba 100 de Hieracómpolis, Localidad 33, y que se sitúa en los alrededores de la S.D. 63. No es lógico atribuir a una época antigua, en la que coexistían las dos civilizaciones nagadienses, una anomalía, la barra entre las dos cabinas, que nos encontramos, precisamente, en una fecha mucho más reciente.

6º) Se trata de tres fragmentos cerámicos cuya decoración es única (Baumgartel, 1955: lámina X, 3-5; Petrie y Quibell, 1896: lám. XXXV, 77; Petrie, 1921: XXXVII, 77). El vaso estaba entero cuando fue encontrado (ver fig. 238 de Vandier) pero varios fragmentos se perdieron posteriormente. Baumgartel (1955: 80) interpreta esta escena como una danza de “demonios”, uno de estos demonios tiene cabeza de pájaro, otro una cabeza de felino o de simio mientras que la cabeza del tercero no existe. Los tres personajes presentan el cuerpo muy estilizado pero de una forma del todo inhabitual en el gerzeense. Los personajes levantan los brazos como los danzantes de los vasos amratienses, están representados en actitud de marcha y parecen estar, cada uno, de pie sobre un barco. Se puede suponer que se trata de sacerdotes llevando a cabo una danza ritual en honor de sus dioses respectivos, por eso ellos portan las máscaras. Si esta teoría fuera cierta, esta curiosa escena nos ofrecería uno de los testimonios más antiguos, si no el más antiguo, del cuto en Egipto a los dioses con cabeza de animal. La hipótesis es probable y, en ese caso, la fusión de las dos corrientes, la zoolatría, más antigua, y la antropomórfica se debió producir, en el Valle del Nilo, mucho antes de la época histórica.

7º) Este vaso rojo con decoración violácea está provisto de asas onduladas (Petrie, 1921: lám. XXXIV, 46D; Randall-Maciver and Mace, 1902: lámina XIV, D46; Vandier, 1952: fig. 238). La parte superior está decorada, entre la espalda y el cuello, con un cierto número de bandas rectangulares cuadriculadas, separadas por espacios o bandas vacías. En la parte de abajo están representados flamencos circundando un barco de un tipo ordinario. En la parte superior aparecen otros flamencos con un árbol (o un arbusto) y quizás un aloe. Lo esencial de la decoración está constituida por tres personajes desgraciadamente poco visibles sobre las malas reproducciones de que se dispone. El personaje central tiene dos plumas en sus cabellos, el de la derecha sujeta, en su mano derecha, dos objetos curvos que recuerdan bumeranes. El diseño es interpretado habitualmente como una escena de danza. Ya Randall-Maciver y Mace (1902), que habían encontrado este vaso, habían propuesto esta hipótesis y habían supuesto que los palos que sujetan los dos hombres eran, en realidad, algo parecido a unas castañuelas. Su opinión ha sido seguida universalmente y puede ser considerada como completamente probable.

8º) Este vaso nos muestra una mujer, representada en gran talla, danzando entre dos pequeños personajes masculinos (Petrie, 1910: fig. 66; Vandier, 1952: fig. 238, 7). Uno de ellos parece tocar las caderas a su compañera mientras que el otro sujeta un palo curvado aunque es probable que el diseño original mostrase dos palos, castañuelas, sin duda como en el vaso precedente.

9º) El vaso, en esta ocasión, está decorado con dos grupos de danzantes asociados, como es habitual, a barcos y a otros motivos que ya han sido estudiados (de Morgan, 1896: lámina X, 2b –guardada en fotografías-; Vandier, 1952: fig. 238, 8d, 8g). El grupo de la derecha (8d de Vandier, fig. 238) recuerda mucho la escena qua acaba de ser descrita en el apartado octavo pero el hombre de la derecha, en lugar de portar lo que podrían ser unas castañuelas parece que está tocando el mástil de la enseña. El grupo de la izquierda (8g de Vandier, fig. 238) se compone de cuatro personajes, dos bailarinas y dos hombre, las mujeres (una de ellas muestra unos caracteres marcadamente esteatopigios) elevan sus brazos sobre sus cabezas curvándolos, como en otras escenas que hemos visto. Los hombres portan, uno de ellos un palo o bastón y el otro un arco, aunque podría tratarse de unas castañuelas, pero podemos suponer igualmente que el artista deseaba representar una danza guerrera. Las cabinas de los barcos están, como en los de la tumba 100 de Hieracómpolis y los del precedente apartado 5º, conectadas mediante una traviesa o viga adornada, en este caso, con rombos lo que indica, probablemente, una fecha tardía.

10º) Hablamos en este caso de un dibujo en el que aparecen, entre los motivos decorativos habituales, un grupo formado por tres bailarinas cogidas por la mano (Vandier, 1952: fig. 23,9). En sus manos libres, las mujeres que están en los extremos llevan, la de la izquierda un abanico y la de la derecha un palo curvado que podría ser, quizás, lo que resta de un par de castañuelas.

11º) En este conjunto decorativo podemos ver cómo un primer grupo de danzantes se compone de tres personajes (Vandier, 1952: fig. 239, superior izquierda), un hombre en el centro y dos mujeres, que de forma excepcional aparecen en un tamaño más pequeño que el hombre. La bailarina de la izquierda pone su mano izquierda sobre la espalda de su compañero y curva su brazo derecho por encima de su cabeza. La mujer de la derecha se apoya igualmente sobre el hombre pero sujeta, en su mano libre, un par de castañuelas. El segundo grupo (Vandier, 1952: fig. 239, superior derecha) es bastante parecido al anterior, el hombre aquí, coge por la mano a sus dos compañeras que, con sus respectivas manos libres agitan sendas castañuelas. Un segundo hombre, a la derecha de la imagen, lleva a cabo el mismo gesto, con el objeto, seguramente, de llevar el ritmo de la danza.

12º) En esta vaso podemos ver, sobre la cabina de un barco, un pareja de mujeres que se cogen de la mano y colocan las manos que tienen libres sobre sus respectivas caderas (Petrie, 1901: lám. 10, 11B; Vandier, 1952: fig. 239, inferior). Un tercer personaje es visible sobre el techo de la cabina de un segundo barco, vecino del anterior.

13º) Se trata en esta ocasión de un vaso decorado con varias escenas de danza (Edgerton, 1923: fig. 5-8; Vandier, 1952: fig. 240), un primer grupo de danzantes se compone de un hombre y de una mujer, el hombre pone una mano sobre el hombro de la mujer (Fig. 5 de Edgerton y fig. 240 de Vandier superior derecha). Sobre un segundo barco se pueden ver a tres mujeres cogidas de la mano y, un poco más allá un danzante que curva sus brazos por encima de su cabeza (fig. 6 de Edgerton y fig. 240 de Vandier inferior izquierda). El tercer grupo se compone de dos mujeres y de dos hombres, el último de los cuales, el que está sólo sobre la otra cabina, sujeta unas castañuelas. La mujer más grande está en el centro y coge al hombre por el brazo mientras que coloca su mano sobre la cabeza de su compañera. El hombre que permanece sobre el techo de la otra cabina, separado del trío anterior, agita las castañuelas citadas. Entre los dos primeros barcos se encuentran cuatro mujeres, dos de ellas parecen tomarse o cogerse de los cabellos ¿se trata de una figura coreográfica? mientras que las otras dos llevan simplemente sus manos sobre sus pechos. Por último, entre los dos últimos barcos se ve a una bailarina en la actitud habitual.

14) El dibujo está, desgraciadamente, en muy mal estado de conservación. Los tres personajes del primer barco, una mujer situada entre dos hombres, ejecutan, probablemente, una figura coreográfica (Engelbach y Gunn, 1923).


8) Rough-Faced Pottery o Cerámica de Aspecto Grosero (R-ware) (Petrie y Quibell, 1896: Láminas XXXVII y XXXVIII; Petrie, 1921: Láminas XXXVIII a XLIV).

9) Late Pottery o Cerámica Tardía (L-ware) (Petrie y Quibell, 1896: Láminas XXXIX a XLI; Petrie, 1921: Láminas XLV a LI).